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columna

Persecución y cambios

por: Ariel Peña González- 31 de Diciembre 1969

Cuando el comunismo llega al poder y proclama cambios, hay que estar alerta, puesto que los cambios que plantean los marxistas siempre buscan subyugar a los pueblos o a las organizaciones políticas que no son de sus afectos; como ha sucedido históricamente con la Socialdemocracia, cuyo principal verdugo ha sido el comunismo, ya que los hechos históricos de forma patética, así lo han demostrado.

En el planeta solamente se conocen, dos sistemas políticos, que son la Democracia Liberal y el totalitarismo con sus diferentes dictaduras, en especial las comunistas; lo demás son acomodamientos, en donde se habla de una tercera vía que perfectamente se puede ubicar también en la Democracia Liberal; así que la mamerteria que vive proclamando el tan cacareado “cambio” en Colombia, debe de dejar de engañar a los incautos y como dicen en algunas regiones del país, ya es el momento para que “saquen la culebra”; porque no pueden seguir mintiendo eternamente sobre sus reales intenciones.

Es una paradoja que sectores de la denominada izquierda, que abrazan al engendro marxista, se pronuncien a favor de la Social Democracia o admiren el sistema democrático de los países escandinavos en Europa, por los avances económicos y sociales de la población, porque tanto la Social Democracia como los gobiernos de los países mencionados, hacen parte de la Democracia liberal, quiérase o no, y esa admiración sospechosa de algunos grupos comunistas que se mimetizan con diferentes disfraces, es otra manera de timar al pueblo colombiano.

El marxismo o comunismo totalitario, históricamente ha perseguido a la Social Democracia, que hace parte de la Democracia Liberal; visto que el sátrapa ruso de Lenin fue despectivo con la Segunda Internacional de los trabajadores, dado que los sofismas de Karl Marx fueron cuestionados en esa organización, por eso el genocida ruso organizó su propia internacional de bolsillo en 1918.

La persecución marxista a la Social Democracia, ha tenido otros acontecimientos, como la expulsión que hizo el partido socialista italiano a los socialdemócratas a principios del siglo XX, impulsada ni más ni menos que por Benito Mussolini, que era un marxista recalcitrante y quien más tarde para mostrarse como un “auténtico revolucionario”, fundó el fascismo (de ahí que el fascismo es hijo del marxismo).

Continuando con el acoso histórico del marxismo en contra de la Social Democracia, no se puede olvidar el vergonzoso papel que jugó el partido comunista alemán (KPD) a principio de los años treinta del siglo pasado, cuando apoyó a Hitler en contra de las aspiraciones de los socialdemócratas, contando con los aplausos y el respaldo irrestricto de lósif Stalin.

En Latinoamérica el comunismo ha sido verdugo de gobiernos socialdemócratas, siendo el caso más emblemático el de Carlos Andrés Pérez en Venezuela, cuyo partido Acción Democrática, hacia parte de la Internacional Socialista y por supuesto que tenía un ideario Social Demócrata, pero las fuerzas totalitarias del comunismo encabezadas por Hugo Chávez y azuzadas por el tirano de Fidel Castro desde Cuba, comenzaron a empedrar el camino al infierno para el país vecino, desde el 4 de febrero de 1992, con un intentona golpista encabezada por orate de Chávez que en ese tiempo era Teniente Coronel.

La primera etapa de esa empresa criminal culminó en diciembre de 1998, cuando fue elegido presidente Hugo Chávez, continuado el calvario para el pueblo venezolano hasta nuestros días, espoleado por la camarilla narcoterrorista de Nicolás Maduro, quien convirtió a Venezuela en un país de pordioseros.

El marxismo además ha sido verdugo del pensamiento libre en donde se encuentra los libertarios, teniendo el ejemplo más patético el genocidio que cometieron los bolcheviques en contra del pueblo ucraniano (1918-1921), defendido por el Ejército Negro, que dirigía Néstor Majnó; pero eso será otra tema; pues la invasión rusa a Ucrania que comenzó en febrero de 2022 demuestra la intenciones imperiales del Kremlin y avasallamiento que siempre ha buscado en contra de ese pueblo libre.

En concordancia con lo expresado anteriormente en algunos parágrafos, hay que preguntar, ¿cuál es el “cambio” que plantean los comunistas abiertos y ocultos en Colombia, si no han renegado del marxismo? Ninguno, porque siguen con los mismos dogmas para llevar al país a un sometimiento similar a Cuba, Norcorea, Nicaragua o Venezuela, y por el hecho de que utilicen a veces discursos edulcorados, sus intenciones siguen siendo perversas, pues como dice el refrán oriental: “tienen miel en la boca, pero ponzoña en el corazón”

Queda claro que solo tenemos la Democracia Liberal y el totalitarismo representado por dictaduras en donde están desde luego las comunistas; aunque hay académicos que fungen como tratadistas innovadores y que pertenecen a la denominada izquierda, sin embargo teóricamente es bueno que digan cuál sería el planteamiento sobre el inédito sistema político que esbozan, y es bueno que el país lo conozca, en razón a que esas tesis si de pronto existe, serian de suma importancia difundirlas, a consecuencia de que en un análisis de fondo, eso es otro engaño con el mismo recetario marxista, para timar a la ciudadanía; puesto que las fijaciones doctrinarias del comunismo siempre han estado basadas en alucinaciones.

Cuando nos hablan de “cambio”, hay que saber para dónde van los que lo plantean, porque no se puede pasar por alto, que Hitler en Alemania, Mussolini en Italia, Fidel Castro en Cuba y Chávez en Venezuela, para no mencionar más, plantearon el “cambio” y claro que hubo alteraciones en esos países, pero para desgracia de los pueblos; en consecuencia la ciudadanía colombiana debe de poseer la suficiente capacidad de discernimiento para no dejarse llevar por los cantos de sirena de quienes maliciosamente buscan erradicar a la “oligarquía”, mediante un “cambio”.

En varias oportunidades el remedio resulta peor que la enfermedad; porque quiérase no, Colombia en medio de todas sus vicisitudes y con múltiples problemas, tiene un sistema de gobierno que se encuentra dentro de la Democracia Liberal, así no sea óptimo, como el de otros países, en donde la cultura política es bastante avanzada.

Hace algún tiempo, el Señor Pablo Iglesias, secretario general del partido Podemos en España (marxista), afirmó, algo que llama poderosamente la atención, en vista de que dijo: “No nos juzgan por lo que hacemos, sino por lo que somos”, y claro que eso debe de ser así, pues como lo planteó el apóstol San Pablo, en la Segunda Epístola de Corintios: “el mismo Satanás se disfraza como ángel de de Luz”.

El tan cacareado “cambio” que proclama la denominada izquierda, es un embeleco, dado que los autenticas cambios se deben de dar dentro de la Democracia Liberal, que es la única alternativa real y factible, para enfrentar al totalitarismo en todas sus expresiones tóxicas, que en Colombia se manifiesta en la trampa comunista del marxismo leninismo con varios partidos políticos.