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Ojo con la especulación en el precio de la carne

por: Oscar Cubillos Pedraza- 31 de Diciembre 1969


El sector ganadero no debe permitir que se le achaquen culpas de las malas prácticas de comercialización que otros realizan en el mercado: “la culpa no es de la vaca, la culpa sí es del especulador”.

Por razones sanitarias Colombia restringió las importaciones de carne desde Estados Unidos, esto con el ánimo de mantener una posición preventiva frente a la presencia del virus de la gripe aviar en la leche y carne en el país del norte. No habría pasado una semana después de que el ICA tomara esta decisión para que ya se escucharan voces de que por esta razón el precio interno de la carne debería subir: ojo con el tema, no debe ser así ¿por qué?

En 2023 Colombia importó desde Estados Unidos 7.059 toneladas de carne por valor de US$37,2 millones, lo que representa alrededor del 1% de la producción nacional de carne y vísceras. Un volumen tan pequeño no debería generar alza en los precios de la carne, pero no podemos desconocer que diferentes agentes del mercado solo buscan una razón para empezar a especular.

Además, las importaciones de carne que realiza el país son fundamentalmente de cortes premium de determinadas razas, dirigidas a segmentos muy específicos de mercado con alto poder adquisitivo que no sobrepasa el 6% de los consumidores del país.

Tampoco puede desconocerse que también se importa carne; en total unas 4.783 toneladas en 2023; procedentes de Chile, Paraguay, Argentina, Uruguay y Canadá; que evidentemente serán mercados sustitutos del de EEUU mientras normaliza su situación sanitaria.

Adicionalmente, hoy existe más oferta de cortes finos de producción nacional, ante la menor dinámica que han tenido las exportaciones por cuenta de la tasa de cambio y los precios internacionales. Esto indica sin duda que oferta interna de carne hay, y que además orígenes para sustituir las pocas entradas de carne desde EEUU también.

En ese orden de las cosas, no debería existir subida en el precio de la carne, más si el precio del novillo se ha mantenido estable e incluso ha disminuido desde junio de 2023 en 7%. De hecho, el precio de la carne en ese mismo horizonte se ha incrementado 1%, lo que de nuevo prueba como en la cadena de valor el ganadero pierde, pero el comercializador no.

Con un precio del novillo a la baja, o estable, no tiene ningún fundamento que ahora se hable de que deben subir los precios al consumidor por cuenta de no poder importarse mínimos volúmenes de carne desde EEUU.

Al respecto, y sabiendo que el agente especulador siempre está a la espera de la excusa, los consumidores deben estar atentos y si consideran existe vulneración de sus derechos, hacer las denuncias correspondientes en las instituciones responsables, empezando por la Superintendencia de Industria y Comercio en el orden nacional.

Además, el sector ganadero no debe permitir que se le achaquen culpas de las malas prácticas de comercialización que otros realizan en el mercado: “la culpa no es de la vaca, la culpa sí es del especulador”.