En Colombia el consumo aparente de leche ha caído desde 2021 alrededor de 9%. En 2023 en promedio cada colombiano tomó 147 litros equivalentes de leche líquida, cifra distante de los 162 litros registrados en 2021. La principal causa de tal situación tiene que ver con las importantes alzas en el precio al consumidor que ha tenido en los últimos años.

Efectivamente en 2023 el precio al consumidor de la leche líquida se incrementó 12%, mientras que en 2022 el alza fue de 37% y en 2021 alcanzó el 12%; cifras lejanas de lo que ocurría en 2019 y 2021 en donde el aumento anual promedió 5%.

La situación no es diferente en los quesos, pues entre 2021 y 2023 el IPC se incrementó 16% promedio anual; así como en los demás derivados lácteos con una subida de precio de 13% promedio anual en el mismo periodo.

Por supuesto, tales alzas son el reflejo del también incremento del precio pagado al productor, afectado especialmente por el alza de insumos y materias primas. De acuerdo con las cifras de la Unidad de Seguimiento de Precios de la Leche – USP - del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural el precio por litro de leche que se pagó al ganadero (promedio anual), y que incluye bonificaciones voluntarias, tuvo incrementos de 8%, 47% y 15% respectivamente para los años 2021, 2022, y 2023.

La industria lechera indica que, ante el encarecimiento de su principal materia prima, la leche cruda, será lógico que los precios al consumidor se incrementen en similar proporción. Pero deberá tenerse en cuenta que el precio del litro de leche pagado al productor viene en descenso desde marzo de 2023, completando a diciembre pasado una caída de 11%.

En ese sentido, si en años anteriores el precio al productor subió e inmediatamente se trasladó al consumidor, ahora que se le paga menos al ganadero también debería cobrársele menos al consumidor con el animo de estimular la demanda que viene muy deteriorada desde 2021. Algunas empresas, ante un alto nivel de inventarios han salido en las últimas semanas a realizar descuentos y promociones, sin embargo, son casos excepcionales que tampoco se reflejan en todo el territorio nacional.

Ante las quejas permanentes de la caída en el precio de la leche que se le paga al productor, la única estrategia viable es la de estimular el consumo y eso solo se logra reduciendo el precio en virtud de ajustarle a la baja al consumidor lo que se le está ajustando a la baja al productor, tarea de la industria.

Sin embargo, esto requerirá acciones adicionales coordinadas desde lo local y regional, a través de las Secretarías de Agricultura y Secretarías de Desarrollo de los municipios y departamentos, así como desde lo nacional a través del Ministerios de Agricultura, así como el de Comercio e Industria. ¿cuáles acciones? Desde lo estructural hasta lo coyuntural, empezando por mejorar la oferta regional de transformación ¿más pasteurizadoras, alguna pulverizadora? Evidentemente sí.

Además, deberán incluirse estrategias de comercialización como la realización de ferias de negocios coordinadas por los entes territoriales en donde compradores y vendedores se encuentren para comprar más barato al evitar los intermediarios. En otras cadenas de valor como la de la papa ha funcionado muy bien. ¿Será que nos hace falta algo así como la semana del queso, o la semana del yogurt a nivel nacional?, bien promocionado, bien coordinado y diseñado sería muy útil.

Pero no pueden ser acciones que surgen solo en la emergencia, sino que deben seguir un plan e incluso institucionalizarse. Lo importante es empezar ya, porque la crisis a la baja de los precios que se pagan al ganadero continuará.