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columna

Multilateralismo

por: Oscar Cubillos Pedraza- 31 de Diciembre 1969

Cuando finalice la crisis actual los diferentes países tendrán que replantear la forma de integración que han llevado después de la Segunda Guerra Mundial y deberán definir si los organismos multilaterales actuales son los que necesita el planeta. La respuesta debería llevar obligatoriamente a un reordenamiento institucional. No necesariamente será así.

En agosto de 1945 cuando termina la Segunda Guerra Mundial, lo primero que acuerdan la gran mayoría de potencias de entonces, es la creación de la Organización de Naciones Unidas – ONU, con el fin de garantizar lo que no pudo su predecesora, la Liga de las Naciones, creada en 1919: garantizar seguridad y paz para el mundo.

Y aunque después de 75 años de existencia de la ONU, no ha habido un conflicto global como los dos anteriores, si han sido muchos los eventos bélicos que se desataron durante la Guerra Fría, e incluso después de la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URRS. ¿Se ha cumplido entonces con el objetivo de mantener seguridad y paz? No.

Pero, además hoy los retos son adicionales a nivel global. El primero en la agenda mundial, por supuesto el sanitario, con un actuar cuestionado de la Organización Mundial de la Salud, parte de la ONU, que no deja contentos a muchos países por el manejo de información y contención que se le ha dado a la pandemia. Incluso el gobierno de EEUU en horas recientes tomó de decisiones de no continuar el financiamiento de este organismo.

Entrarán ahora al ruedo instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que deberán desarrollar su mejor papel en la reconstrucción de muchas economías que terminarán excesivamente golpeadas y rezagadas por los efectos de la más grande crisis vista desde su creación en 1944.

Incluso la Organización Mundial del Comercio, que no forma parte del sistema de la ONU, también deberá jugar un papel más decidido y equilibrado en la regulación y arbitraje de muchas de las disputas que se ven el comercio internacional. La última de ellas la guerra comercial entre EEUU y China.

Justamente, el nuevo multilateralismo debería estar más centrado en eso: en mayor equilibrio para los estados que les represente oportunidades verdaderas para su desarrollo. Después de siete décadas no parece lógico que hablemos de más de 930 millones de personas que padecen desnutrición, 1.410 millones que se encuentran en niveles de pobreza, y más de 570 millones de migrantes en los últimos tres años. Definitivamente algo salió mal con el multilateralismo.

De un lado debe retomarse el principio fundamental de los países democráticos de los que habla el liberalismo en las relaciones internacionales. Es preciso poner como primer principio ético y moral la cooperación si queremos tener un buen aprendizaje de lo que nos ha sucedido a 7.300 millones de personas en los últimos cuatro meses.

Pero de otro lado, el derecho internacional público deberá hacerse más completo, para estudiar este caso inédito en la historia moderna, y determinar si caben responsabilidades en el manejo que se le ha dado a la pandemia.