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columna

Mentiras y terrorismo

por: Ariel Peña González- 31 de Diciembre 1969

Con la Covid-19 o peste china, se demostró una vez más sin atenuantes, el carácter protervo del marxismo en su aplicación práctica, cuando maneja una dictadura.

Tal es el caso del régimen de Pekín que desde un principio mintió sobre la aparición del virus que se extendió por toda la tierra, debido a que fue el 17 de noviembre de 2019 fecha en que apareció el primer caso en la provincia de Hubei cuya capital es Wuhan epicentro de la epidemia, y solo dos meses después se informó acerca de la nueva plaga, siendo por la demora una conspiración en contra de la humanidad.

Con el agravante de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) aliada del gobierno chino, hasta 11 de marzo de 2020 caracterizó a la Covid-19 como pandemia. Subrayando que el marxismo no solo es perverso cuando dirige una tiranía en una nación, también lo es en otras circunstancias, o en la oposición atacando a los gobiernos democráticos en donde usa las mentiras y el terrorismo.

Una mentira monumental del comunismo es el caso de Venezuela con los infectados por Covid y los fallecidos; porque comparada con Colombia según la Federación Médica Colombiana, cuyos directivos no son afectos al gobierno, han muerto por Covid 300 trabajadores de la salud y de acuerdo al ejecutivo sobrepasan los 150, mientras tanto en Venezuela en cifras que no desmiente la camarilla comunista han muerto 300 trabajadores de la salud.

Entonces si en Colombia hasta el 16 de enero se han contagiado 1.870.179 personas con 47.868 fallecidas, y en Venezuela el informe de la dictadura dice que no hay sino 118.856 infectados y 1.095 muertos, en sana lógica Maduro y su pandilla mienten, puesto que la estadística no cuadra, ya que al haber más muertos en el país vecino de trabajadores de la salud por encima de Colombia, estadísticamente sin ser alarmistas las cifras de fallecidos y contagiados en la patria de Bolívar son ampliamente superiores a las de nuestro país, pues es absurdo que el 30 % de los decesos en esa nación sean de los que trabajan en la salubridad.

De acuerdo a las anteriores consideraciones no cabe la menor duda acerca de la condición mentirosa y terrorista del comunismo, de tal suerte que el debate propiciado por algunos líderes políticos en los últimos años, acerca de que en Colombia ha existido una amenaza terrorista y no un conflicto político-militar, crea confusiones, por lo que la sociedad debe de tener plena claridad sobre los asuntos que inciden profundamente en su vida, y precisamente una cosa es amenazar y otra muy distinta es atacar, de ahí que las bandas armadas narco-marxistas de las Farc, Eln, Epl, M-19 y otras, no se quedaron en simples amenazas sino que practicaron de diferentes maneras el terrorismo, en un conflicto generado por seguidores de la doctrina marxista para la toma del poder.

Así que eso de una simple amenaza terrorista, no es cierto, puesto que el marxismo es terrorista por principio y lo ejecuta sin quedarse en solo amenazas, lo que significa que indirectamente se exculpa al comunismo totalitario de ser terrorista, cuando se plantea que no ha sido bien aplicado o que no hay una interpretación correcta del mismo, porque para el marxismo no importa que su teoría sea inescrupulosa, criminal y terrorista, pues lo que interesa es que se cumpla en la práctica.

No hay que caer en dubitaciones frente a una doctrina genocida como el marxismo leninismo, que con su accionar es responsable de cerca de 140 millones de asesinatos en el último siglo, convirtiéndose en la organización que más crímenes a cometido en todos los tiempos, por eso es que precisamente sin perder su esencia en Colombia, con los acuerdos de La Habana, un parte de las Farc se desmovilizó y otra entró en la “disidencia”, impulsando un nuevo escenario en la combinación de todas las formas de lucha. Ante ese enemigo tan siniestro que enfrenta la democracia, hay que combatirlo con denuedo ideológica y políticamente.

A raíz de las acciones terroristas que a través de los años han realizado las Farc y el Eln en compañía de otras bandas armadas, se escuchaban voces, no se sabe si por inocencia suma o picardía extrema, que decían que los grupos guerrilleros habían perdido su idealismo por semejantes prácticas, lo que es una gigantesca equivocación, ya que esos grupos guerrilleros estaban y están en lo de ellos, con el terrorismo que es el sustrato del marxismo, y por eso no tienen ningún empacho también en ser narcotraficantes, al igual que lo hacía Lenin con sus bolcheviques en Rusia antes de tomarse el poder, pues aparte de practicar el terrorismo cometían delitos con negocios de prostitución y proxenetismo, porque la naturaleza del marxismo es la perfidia y el crimen.

Se dice que en la actualidad hay varios grupos que siguen las enseñanzas del marxismo que no practican la violencia, recordando que el comunismo totalitario actúa de acuerdo a las condiciones y, para el caso colombiano el partido comunista que en su momento seguía como una especie de Vaticano infalible a Moscú fue el creador de las Farc y el M-19, de la misma forma el partido comunista m-l de línea maoísta fundó el Epl y seguidores de Fidel Castro organizaron al Eln.

Además, los trotskistas plantean una insurrección popular violenta y el Moir (movimiento obrero independiente y revolucionario) también maoísta, afirmaba que no estaban dadas las condiciones para la lucha armada. Lo que demuestra que ninguna organización marxista en sus diferentes presentaciones ha descartado a la violencia para la toma del poder en Colombia, con todo lo que ello representa.

El marxismo no sólo ha utilizado al terrorismo para tomarse el poder en diferentes países, sino que también tiene el campeonato mundial en terrorismo de Estado con sus más connotados dirigentes como: Pol Pot, Lenin, Stalin, Mao, Kim il Sung, Ho Chi Ming y Fidel Castro, entre otros; teniendo en el último tiempo ejemplos patético de terrorismo de Estado en Latinoamérica con los regímenes comunistas de Venezuela y Nicaragua, en donde Maduro y Ortega han cometido genocidios en contra de esos pueblos.

El terrorismo de Estado no es como lo entienden y difunden de mala fe, los mamertos de Colombia, para responsabilizar a la institucionalidad, ya que hay terrorismo de Estado cuando existe un régimen dictatorial totalitario que controla todos los poderes, como sucede en las naciones que han caído bajo la férula del comunismo.

EL marxismo con todas sus etiquetas y sus máscaras es intrínsecamente mentiroso y terrorista, pues tiene de fundamentos a la lucha de clases como ajuste de cuentas o vendetta.