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Foto: @JessMoraDiaz1

columna

Me preocupa el Centro Democrático

por: Jesús Mora Diaz- 31 de Diciembre 1969


“La política es casi tan emocionante como la guerra y no menos peligrosa. En la guerra podemos morir una vez; en política, muchas veces”.

Palabras de un hombre que, en medio de la guerra, fue un estadista y precursor de la integración europea: nada más y nada menos que Winston Churchill.

No quisiera que el Centro Democrático volviera a “morir” por segunda vez en la batalla por consolidar un candidato presidencial, como ocurrió con la elección de Óscar Iván Zuluaga, proceso que generó un fraccionamiento interno, pues las bases no se sentían representadas por un “periódico de ayer” que nadie quería leer.

Me preocupa el Centro Democrático porque transita por una delgada línea que lo encamina a repetir la historia, esta vez con el agravante de generar un fraccionamiento y celos internos de mayor profundidad. Se debe entender que el partido es una colectividad, no una propiedad privada que rinde pleitesía ni está al servicio de un precandidato en particular.

No por nada el jefe máximo del partido, Álvaro Uribe, señaló: “Derrotar a un compañero es una victoria inútil”, un pronunciamiento que busca sofocar el fuego. Aquí, la idea central debe ser un enfoque constructivo sobre una propuesta homogénea que represente las tesis del partido, sin caprichos ni pretensiones individualistas.

Valoro la cohesión entre los precandidatos Paola Holguín, Andrés Guerra, Paloma Valencia y María Fernanda Cabal. Es evidente el ambiente de cordialidad y el interés por el bienestar partidista y nacional. Por unanimidad, han expresado su acuerdo con la realización de una consulta para elegir al candidato presidencial del partido.

Por otra parte, y como foco generador de diferencias, está Miguel Uribe, quizás el candidato menos afianzado a las tesis del uribismo, aunque últimamente se presenta como el portador del legado del expresidente. A esta personificación artificial del uribismo se suma el uso de fuertes sumas de dinero en su campaña, lo cual, si bien no es ilegal, sí deja mucho que pensar. Además, pretende que el mecanismo de elección sea una encuesta, a realizarse en las próximas semanas.

Así las cosas, el panorama del Centro Democrático genera preocupación. Los caprichos de quienes no han portado las banderas de la colectividad desde sus inicios no pueden imponerse. Aquí, los verdaderos protagonistas son las bases, y a ellas debe reconocérseles el mérito de elegir al candidato que mejor represente las tesis que promueve el partido.