Estrategia conocida la de victimizar y luego declararse víctima, pero nunca la esperé de un ministro de Estado. El pasado 27 de abril, ante las organizaciones ganaderas regionales que, durante casi 20 años, acompañaron a Fedegán como administrador del Fondo Nacional del Ganado, FNG, en la erradicación de la fiebre aftosa, el ministro de Agricultura matoneó sin contemplaciones contra la Federación y contra los empleados del Fondo, para aparecer luego ante los medios a declararse matoneado y a amenazarme con los tribunales. El objetivo de la reunión, eminentemente técnica, era explicarles el nuevo modelo de operación y, como era de esperarse, Fedegán no estaba invitado. Y en semejante encerrona a estas organizaciones, la mayoría afiliadas a la Federación, lo técnico quedó a un lado y el ministro la emprendió contra Fedegán, acusando al gremio de quedarse indebidamente con recursos de los ganaderos, no sin antes anunciar rebaja en el precio de la vacuna y un ingreso adicional de $20 por dosis a estas organizaciones. Pero el ministro olvidó contar que, entre 2007 y 2015, Fedegán pagó a los gremios $26 mil 253 millones por su labor; distribuyó gratuitamente vacuna contra brucelosis en cuantía de $20 mil 676 millones; transfirió al FNG $12 mil 783 millones para sus programas y destinó $4.297 millones a un programa de fortalecimiento gremial regional, muchos de cuyos beneficiarios se encontraban en la reunión. Olvidó que Fedegán también dio gratis las dosis para los cabildos indígenas, y claro, que las cosas no se hacen solas y que la administración y el cobro de la cartera tienen un mínimo costo. Y olvida también que Fedegán es una entidad sin ánimo de lucro. Luego, en un acto indebido, arremetió contra la planta del Fondo y su grupo directivo, un equipo de altas calidades profesionales y personales, conocido por los asistentes; y presentó sus nombres, apellidos y sueldos, afirmando que, con el ingreso por su trabajo, también estaban robando a los ganaderos, pero olvidó decir que él mismo, como presidente de la junta directiva del Fondo, ha refrendado esa planta en los planes anuales de inversión y aprobado los presupuestos que la soportan. El ministro no puede condenar, porque sí, una planta anual de $22 mil millones, con 342 cargos permanentes, la mayoría prestando servicios al ganadero en todo el país, mientras olvida que contrata una nómina paralela de $19 mil millones. El ministro está molesto porque se conocieron sus declaraciones en la junta directiva de Fedegán, a la cual asistió como funcionario público, pero olvida que hace pocos días mandó grabar y filtró a los medios mi protesta, ante el intento de presentar un poder espurio en la Asamblea de Friogán. Todo esto es una muestra más del talante retaliador del Gobierno frente a las posiciones independientes de Fedegán. No tengo otra explicación. Y como si fuera poco, el ministro espera que callemos frente a su matoneo, pero no lo haremos, porque mi obligación es defender los intereses de los ganaderos. En otro exceso, el ministro dijo que solo me verá en los estrados judiciales, una actitud amenazante e impropia para un servidor público que, por el contrario, debe recibir al presidente de Fedegán como a cualquier ciudadano, a lo cual estoy dispuesto. Si el matoneo con la intención de fracturar al gremio sirve para que el ministro se acuerde de esas organizaciones, pues bienvenido. No vimos nada del billón 782 mil millones de contratación directa del MADR en 2015, algo que tendrá que explicarles al sector agropecuario y al país; pero si ahora vemos algo de los recursos para el campo, hasta habrá valido la pena el matoneo ministerial. @jflafaurie