Lo primero que destaca el informe es que el futuro de las exportaciones depende de la consolidación en el largo plazo del mercado chino. Sin embargo, mal haríamos en empezar a depender de un solo mercado: mientras que en años como 2008 o 2009 Colombia estaba en manos fundamentalmente de un mercado para la exportación de carne, como lo era Venezuela, luego de diferentes crisis y aprendizajes en el sector, ya en 2023 se mantenía activos 27 destinos; permitiéndole a la cadena de valor mitigar riesgos.
El reto con China no consiste solamente en proveer este mercado, sino en continuar abasteciendo a los demás aperturados con el ánimo de “no colocar los huevos en un solo canasto” y repetir malas experiencias de décadas anteriores.
Claro, el tema de precio frente a nuestros competidores suramericanos antepone un reto de mayor nivel, destaca Bancolombia; pero vale la pena tener presente que mientras que Brasil tuvo una importante depreciación del Real en 2023, Colombia sufrió una fuerte apreciación del Peso, lo que nos dejó en buena parte del año anterior en desventaja en términos comparativos de moneda internacional.
Lejos está para la economía colombiana que su Peso se deprecie en un alto nivel durante 2024, sin embargo, Brasil sí está teniendo desde octubre una apreciación de su moneda, lo que ha cerrado un poco la brecha de competencia. Si se conserva tal tendencia en el país vecino, podríamos efectivamente de nuevo recuperar competitividad para la exportación sin que esto implique una caída en nuestro precio interno.
Se estima que las exportaciones de carne a China en 2024 puedan estar entre 25 mil y 30 mil toneladas, cantidad adecuada con el ánimo de ir teniendo gradualidad, aprendizaje y no generar distorsión en los precios domésticos.
Pero aparte de las exportaciones, le preocupa a Bancolombia que, por los niveles de precios en una economía que en 2023 también fue impactada por la inflación, el consumo interno de carne bovina disminuya. Al contrario, el año anterior el precio de la carne de res fue el que menos se incrementó junto a la del cerdo, 3,4%, mientras que la carne de pollo subió 7,4%, los embutidos estuvieron al alza 23% y los huevos 4%.
De hecho, la mejora en el consumo de carne significó un ligero pero positivo repunte en el sacrificio respecto a 2022, pero ya controlados en buena medida los factores que generaron inflación mundial en 2021, 2022 y parte de 2023; el alza de precios de la carne al consumidor sería menor en 2024, mejorando el consumo.
Adicional a las consideraciones de Bancolombia hay variables que son de especial interés para la ganadería colombiana, incluyendo al sector lechero en 2024. Lo primero, el tema climático, y especialmente el verano, que pegará bastante durante el primer semestre del año. Lo segundo y muy relevante frente a la seguridad rural y todo lo que se desprende ello: lograr el combate efectivo del sacrificio clandestino, el carneo, el abigeato, e incluso la extorsión.
En el caso lechero será muy importante que los precios al consumidor, que en 2023 subieron 12%, tengan un comportamiento menos dinámico para que la demanda se reactive y por lo tanto el acopio repunte, y sobre todo que se tenga un vínculo muy preciso con programas estatales para incentivar el consumo de leche en poblaciones de bajos ingresos.