Desde luego, que cuando el expresidente Uribe dice que no es de derecha, ni de izquierda, crea una duda espantosa, o incurre en una incoherencia involuntaria, pues solo basta remitirnos a la palabra de Cristo que nos dice en Mateo 7:15:20. ¿A caso se recogen uvas de los espinos o higo de los abrojos? Acaso el gobierno del expresidente, cuando viralizó el lema: de mano dura corazón grande, ¿qué mensaje se podría sacar de tan explicito mensaje?
Ahora, el hecho de no decirlo, no significa que no simpatice con el accionar de la derecha, o que se enfoque en ese norte. Dios es amor, pero también es fuego consumidor. Creo que no se debe armar una alharaca en torno al tema, más bien, lo prudente, es que, en la discreción, la oposición sea reservada, para que compacte sus estrategias y no les de las coordenadas a sus adversarios.
Al parecer algunas personas se asustaron cuando apareció la supuesta declaración de Uribe que sonó, como una especie de mandamientos del corazón ligadas al bolsillo, cosa, que también merece analizar con equilibrio aplicando el principio de la auto protección, sin que eso signifique, no pensar en el bien colectivo.
A título personal, y como liberal independiente, con mirada de soslayo hacia la derecha algunas veces, otras para el centro, y no niego que soy un observador pensativo de las fantasías de la izquierda, que parecieran querer la bendición cristiana, pero no la tienen, obligatoriamente nos conduce, a que todos tenemos íntimamente esas tendencias, por simple instinto de conservación para defender lo propio, y también por sensibilidad social, y por amor al PROJIMO, porque cuando la miseria salta al frente de nuestros ojos, no se necesita si no sentimientos humanos, y no seres robóticos.
Pero…no por eso significa que el expresidente Uribe, hoy este navegando en el limbo ideológico, para acomodarse al impacto de lo que se nos viene encima y ahora se piense que está apuntándole a salvar algo, como del ahogado el sombrero aguadeño, y no perderlo todo. Pienso que su experiencia con la seguridad democrática, fue estupenda, y los resultados se vieron y estuvieron a la vista y si lo comparamos con el ahora, tenemos que aceptar la diferencia con la de hoy, que es negativa.
Cuando habla de la inversión al alcance de todos, eso representa la equidad, y eso no es malo, antes, es bueno.
Cuando se refiere a la cohesión social, es apuntar a la necesidad imperativa que debe existir entre los ciudadanos para lograr una armonía, que apunte a una convivencia pacífica. Eso fortalece la democracia.
Creer en el estado Burocrático, no es malo siempre que contribuya a restablecer el orden económico y social, pero si se direcciona hacia al autoritarismo, seria guillotina para el mismo Ex Presidente Uribe, porque es apuntarle a un estado burocrático autoritario, que desplaza a la clase política tradicional, para reemplazarla por una nueva, con lo cual, el mismo expresidente quedaría eliminado.
Ahora, es posible que el Ex Presidente, quiera darles paso a las nuevas generaciones, sin que por eso abandone sus banderas, cosa que, si lo hace, es decir, sigue predicando sus postulados, es un derecho legítimo de él, que nadie se lo puede arrebatar.
Yo estoy casi seguro que ni el presidente Petro ni su Pacto Histórico representen esa nueva clase política, antes, por el contrario, es la misma, que se graduó en una modalidad más corrupta, engañosa, que es brutal por fuera y por dentro del gobierno, pero sofisticada desde el exterior, que la apoya en tecnología, para ser más efectiva en el logro de sus malévolos propósitos.
En consecuencia, esa no es la nueva generación y menos a esa le apuntaría Uribe, porque sería una réplica de Santos y eso, jamás.
- La Economía fraterna, pues, si esta se impulsa con sentido social y no con sentido perverso, no es mala, porque precisamente por no buscar el equilibrio social, fue por lo que se debilito la democracia, y perdimos.
Demasiados son los contrastes entre la miseria y la opulencia. Acabar con el odio de clases, eso es sano. Es una manera de buscar la armonía social y no las discrepancias y discriminaciones raciales. Y en ultimas, buscar fortalecer el núcleo familiar, eso es muy válido, pues lo que se ha perdido en Colombia es precisamente eso, valores, principios, ética, y moral.
La falta de esos principios, atrae necesariamente la corrupción.
En conclusión, considero que los mandamientos del expresidente Uribe, no deben debilitar la oposición, ni crear choques de rivalidades, porque su posición atrae al sector que clama esos mandamientos, que deben sumarse a otros pensares, a los que finalmente apuntan a recobrar la democracia, el Estado derecho y nos da el campanazo de alarma, para unirnos y no dividirnos.
Quiero dejar bien claro, que mi independencia, y mi liberalismo de doctrina, me colocan en oposición total, pero mis simpatías, están direccionadas para apoyar a María Fernanda Cabal, y pienso, que el mensaje de Uribe, finalmente, cuando habla de la reducción del Estado burocrático, es para abrirle el camino, el espacio, a las nuevas generaciones, y pueda ser que en esta ocasión, tenga en cuenta lo que vale María Fernanda y no se equivoque, ni se apasione.
Punta de Lanza.
Toronto Canadá.