Empezaré por contar una rápida historia de Bill, quien podría ser un personaje imaginario, aunque seguramente al final del escrito lo corroborarán, o no. Bill hace muchos años tuvo éxito en el mundo de la tecnología, tanto así que a través de un computador ingresó a cada una de nuestras casas promoviendo soluciones de comunicación.
Luego, dedicado a la filantropía decidió invertir unos recursos en farmacéuticas, esas mismas que hoy comercializan vacunas contra la Covid 19, en las actividades que generarán la mayor rentabilidad empresarial del mundo de la época reciente. Hagan cuentas: más de 4.800 millones de personas mayores de 12 años en el mundo, por dos dosis, cada una a USD31. Mucho dinero.
Ahora a Bill se le ha ocurrido una nueva idea. Bill considera que el cambio climático tiene un importante origen en las emisiones de Gases efecto Invernadero – GEI que los animales realizan. Al respecto ha propuesto entonces que el mundo deje de comer carne, tomar leche y que se alimente exclusivamente de alternativas vegetales.
Lástima que Bill no hable de las emisiones GEI de los automóviles, incluso los eléctricos actuales, que también tienen una carga ecológica, pues la energía de algunos de estos vehículos viene de hidroeléctricas, termoeléctricas o plantas nucleares de las cuales es bien conocida su huella ambiental. Por supuesto, Bill no lo hace pues también tiene inversiones asociadas a la industria automotriz.
Pero no solo en la automotriz, sino recientemente en la industria de alimentos, que entre otras se dedica a producir “carne” y “queso” a partir de plantas. De allí que Bill se dedique a señalar a los sectores ganaderos del mundo como responsables de las GEI, cuando su nuevo foco de negocio tendrá éxito en la medida que la verdadera carne y leche se dejen de consumir.
Esa vieja narrativa de “la culpa es de la vaca” no es nueva, aun así, cada vez más encuentra nuevos patrocinadores cuyo fin es lucrarse creando confusión y desinformación. ¿Acaso Bill a propuesto alternativas de trabajo para más de 540 millones de familias que en el mundo dependen de la producción ganadera de diferentes especies?
Al contrario, la producción de carne y leche entendiendo las problemáticas ambientales actuales y sabiendo que cada vez se impondrán más barreras no arancelarias en diferentes mercados, sobre todo en épocas pos-covid, tiene como objetivo ser más sostenible. Colombia es ejemplo en este avance aun sabiendo que hay mucho por hacer.
Sin embargo, discursos como los de Bill que en la excusa de la filantropía solo buscan la rentabilidad de ciertos negocios, termina haciéndole daño a comunidades rurales y agropecuarias, que, en muchos casos, solo generan ingresos a partir de pequeñas producciones.
Es claro, el futuro es la sostenibilidad, pero los sectores ganaderos del mundo deben defender su modelo de negocio que es producir carne y leche; cada vez más amenazado por esquemas que nos utilizan para rentabilizarse. Ejemplo: leche de almendra, leche de soya, leche de palma, carne de lenteja, carne de garbanzo.
Hay que estar atentos a todos los Bill y combatir la creciente desinformación que generan.
@ojcubillosp