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columna

¡Los ganaderos no son narcos!

por: José Luis Querubín- 31 de Diciembre 1969

Aquellos que les dicen narcos no saben que millones de personas en el país viven de la leche y carne.

Por: José Luis Querubin, El Tiempo, 17 de febrero de 2023, opinión.

Mal hacen los que insultan a las personas que se dedican a la ganadería calificándolos de narcos.

Muchos creen que solo están haciendo una crítica política al presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, y no se dan cuenta de que están irrespetando a todos aquellos campesinos que se dedican a la ganadería y son gente honorable. La ignorancia ha hecho que debido al cargamento de cocaína que fue encontrado en un barco en el que transportaban bovinos, ahora las personas que vendieron ese ganado se convierten en narcotraficantes según algunos irresponsables de las redes sociales.

Vale la pena aclarar que los ganaderos no exportan ganado y menos vacas, los ganaderos venden el ganado (machos) a empresas que lo exportan. Tildar de narcos a campesinos que están a lo largo y ancho del país levantándose a las 3:30 de la mañana para que tengamos carne, leche, queso y demás derivados lácteos es mostrar la ignorancia frente al duro trabajo que realizan estos compatriotas.

Uno de los principales problemas que enfrentan los campesinos es precisamente el desconocimiento de la gente de las ciudades frente a las difíciles faenas que se realizan en el campo. Imagínese levantarse a las 3:30 de la mañana todos los días del año a lidiar con vacas, toros, gallinas, patos, ovejas, cabras, gansos y demás especies que se crían en las zonas rurales de Colombia.

Lo único que conocen del campo algunos citadinos y especialmente aquellos irresponsables e ignorantes de las redes sociales es lo que pueden ver en los parques temáticos.

No es lo mismo levantarse a esa hora en los centros urbanos. En el campo se deben enfrentar muchas dificultades, si llueve, hace frío, hace calor, cae hielo, y demás fenómenos climatológicos, igual hay que trabajar, porque a diferencia de los cascos urbanos los animales no pueden aguantar hambre y sed, y a los cultivos hay que echarles agua y fertilizantes.

Lo único que conocen del campo algunos citadinos y especialmente aquellos irresponsables e ignorantes de las redes sociales es lo que pueden ver en los parques temáticos que tenemos en varias zonas del país, cuando van y le dan leche en un tetero a un ternero o a cualquier otro mamífero recién nacido. Decir que los ganaderos son narcotraficantes porque unos delincuentes aprovecharon un barco con ganado en pie para camuflar en él un cargamento de cocaína no solo es irresponsable, sino canalla contra nuestros campesinos.

Y aparte de recibir las críticas de los ignorantes de las redes sociales, también les toca enfrentar el abigeato, el carneo y la extorsión. Hoy la economía de los campesinos está más golpeada que nunca, porque, aparte de todas las dificultades que deben enfrentar al estar tan alejados de los cascos urbanos, ahora no pueden dormir pensando en que algún delincuente puede matar o robar su ganado. Este flagelo está afectando especialmente a los campesinos del Eje Cafetero y del departamento de Boyacá, pero es un fenómeno que se está regando por todo el país. Son imágenes dantescas y dramáticas las que les toca ver a estos ganaderos cuando al llegar a sus potreros solo encuentran las cabezas de su ganado nadando en un charco de sangre.

Nadie los escucha, nadie les pone cuidado, es como si los campesinos solo existieran para tirarles piedras. Aquellos que les dicen narcos no saben que millones de personas en el país viven de la leche que ordeñan de sus vacas, que vale la pena aclarar, les pagan a 2.000 pesos el litro, mientras en los supermercados y grandes superficies se vende a 6.000 o 7.000 pesos la misma cantidad.

Tampoco he visto al Gobierno Nacional defendiendo a los campesinos de los improperios lanzados desde diferentes sectores políticos y desde las cloacas de las redes sociales y eso que prometió en campaña a hacer justicia con esos compatriotas.

A los colombianos se nos olvidó quiénes fueron los que en plena pandemia estaban al sol y al agua produciendo comida para todos los que trabajábamos desde las casas y apartamentos con miedo al covid-19.

Tomado de El Tiempo, 17 de febrero de 2023