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Los árabes, la deuda externa y el incendio en casa

Por Eduardo Mackenzie - 24 de Febrero 2025


Parece que «los países árabes» (perdonen la denominación tan imprecisa, pero ésta fue la que utilizó Gustavo Petro) están dispuestos a comprar la deuda externa de Colombia. Unas horas después de haber estado en conversaciones con líderes árabes, en Dubai, el presidente Gustavo Petro soltó en Bogotá su gran noticia. Claro, como siempre, la explicación fue expresamente confusa y la mitad del cuento la dejó en el tintero.

¿A cambio de qué tanta belleza? A cambio de nada. Sólo por la belleza de los paisajes colombianos y de la gentileza de los señores que conversaron con él.

¿Con quién discutió ese proyecto? Petro no lo dijo. Habló de ir hacia “una alianza estratégica” en materia de “grandes inversiones”. Lo único que sabe la prensa es que Petro dijo que se reunió con el emir (1) de Dubai, Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, en Emiratos Árabes Unidos, y otros personajes. Petro, sin embargo, no dijo que conversó sobre la deuda externa de Colombia con Mohammed Bin Rashid Al Maktoum (75 años).

En realidad, Petro formuló mal lo que había, según él, “logrado” en Dubai. Habló de dos cosas diferentes, como si vender fuera lo mismo que comprar. Primero dijo: “uno de los resultados de esta gira es que logramos la posibilidad, la intención de comprar, por iniciativa de varios países árabes, una parte sustancial de la deuda externa de Colombia”.

Lograr una posibilidad, y lograr una intención, es lograr una vana promesa. No más. Una cosa es llegar a un acuerdo con un aliado o con un socio, y otra tratar de “seducir al mundo árabe” para que acepte firmar un compromiso. Sin embargo, un diario colombiano se tragó el cuento de que los árabes iban a hacer un “pago o financiamiento para pagar ese pasivo”.

Si uno lee con atención lo que Petro le dijo a la revista oficial Vida (2), encuentra que él habló de comprar, cuando no se trata de eso sino de vender una parte importante de la deuda externa de Colombia. Después, dijo que el asunto será diferente: que “los países árabes” le presten a Colombia una enorme suma de dinero que le permita a Colombia pagar su deuda. Y que la idea es obtener créditos o un crédito “a más baja tasa de interés que la que hasta ahora hemos conseguido en Wall Street”. Hace más de un año que Petro trata inútilmente de “seducir a los árabes”. El 1 de diciembre de 2023, se reunió con otro emir, el de Qtar, Tamim Bin Hamad Al Thani, para proponer la realización de “acuerdos comerciales en beneficio de ambos países” que nadie ha visto hasta hoy.

Hoy es normal que los países con problemas de deuda externa, o de déficit importantes, emitan bonos o títulos de deuda pública para que los bancos centrales de algunos países, o la banca internacional, compren esos títulos. Sabemos que por esa vía la China detenta algo más del 7% de la deuda pública de la zona euro.

Para ello, el país interesado realiza, por montos y en fechas escogidas, emisiones de títulos de deuda (nueva o circunstancial) con vencimientos variables. Si el emisor lo permite, esos títulos pueden ser revendidos antes de la fecha de vencimiento en las bolsas de valores como si fueran acciones.

La agencia estatal que vende deuda opera en general con la banca "mayorista", especialista en el manejo de títulos del tesoro, en el seno de los grandes bancos europeos e internacionales, como los bancos centrales asiáticos, cada vez más presentes en ese mercado.

¿Por qué Colombia no promueve su deuda en esos sectores? ¿Por qué no hacerlo en condiciones normales, de mercado, y en total transparencia? Porque la ideología le impide al presidente de turno hacer las cosas bien. Así, su proyecto es tramposo: utilizar ese expediente como justificación para alejar más y más a Colombia del mundo occidental y engancharla al mundo musulmán.

¿Por qué los “países árabes”, como dice Petro, serían más ventajosos que el FMI y la banca internacional? Ellos cobrarían su intervención en términos financieros y en términos sociopolíticos. ¿Por esa vía Petro espera abrir la puerta de la islamización de Colombia? ¿La ruptura de relaciones diplomáticas de Colombia con Israel, y las posturas infames del ocupante de la Casa de Nariño luego de la terrible masacre antisemita de Hamas del 7 de octubre de 2023, hacen parte de sus maniobras para “seducir”, como él dice, a los emires y avanzar en ese proyecto?

Petro dijo en su entrevista que una alianza “con el mundo árabe nos permitiría una complementariedad que no encuentro con Estados Unidos ni con la misma Latinoamérica, ni con China, ni con Rusia”. En realidad, su problema es doble: romper con Estados Unidos y arruinar a Colombia. Por eso provoca incidentes como el del 26 de enero pasado. Con su idea fija del “mundo árabe”, Petro parece estar preparando nuevos incidentes que arruinen a Colombia y la alineen con la tiranía pro-islamista venezolana.

(1).- No confundir emir con jeque. Un emir es un título de nobleza utilizado en el mundo árabe para designar a un rey o comandante militar. Jeque es un título que no implica necesariamente una posición de poder. Casi siempre los jeques son jefes de tribus, aunque también pueden ser cabezas de familia o comunidades.

(2).- VIDA3825.pdf

https://www.presidencia.gov.co/prensa/HistorialVida/VIDA3825.pdf