Por: Jesús Mora Díaz
Durante y después de finalizados los dos periodos presidenciales de Álvaro Uribe, la gran mayoría de líderes también se querían bestiar de las túnicas del uribismo, pues la favorabilidad de Uribe era del 80% y era el momento propicio para sacarle provecho en las regiones a la seguridad democrática.
En ese orden de ideas, los gobiernos de turno se fortalecen y amplían su poderío a escenarios locales como gobernaciones y alcaldías, pero como toda regla tiene una excepción, en este caso el departamento de Córdoba, donde el Uribismo no logró calar, no por no despertar el sentir popular, sino porque las maquinarias políticas endémicas de esta región, obstaculizaron su avance.
¿Logrará entonces el petrismo avanzar en Córdoba? A diferencia del uribismo, el petrismo si se han entrelazado con las maquinarias en Córdoba: Clan Besaile, Ñoñomanía, Calle, Jattinismo e inclusive los conservadores le juraron bandera al presidente Petro.
El gobierno de Uribe se caracterizó por jalonar obras e iniciativas que impulsarán el desarrollo de esta región del Caribe Colombiano, caso más notorio fue la transformación urbanística y económica de Montería a través de importantes obras como puentes, dobles calzadas, megacolegios y además, aun así no triunfó electoralmente.
El gobierno actual viene de pactar con los líderes de estas casas políticas, varios de ellos hoy privados de la libertad por hechos de corrupción, pero eso no fue impedimento para llegar a un acuerdo, pues lo realmente importante para los progresistas son los votos con los que cuentas estas castas políticas.
Solo resta esperar el actuar del cronos y la disposición de las fuerzas políticas regionales, en razón de enervar o ensanchar el poderío del gobierno nacional.
Seguiré pensando que Córdoba es un territorio políticamente casi impenetrable y que acá la incidencia electoral la tienen los grupos y que a la final el petrismo marchará por la misma senda que transitó el uribismo.
3 diciembre 2022