No le bastó a Gustavo Petro con ponerse a pontificar, como lo viene haciendo en varias de sus peroratas. Ahora le dio por sentirse con las dotes suficientes para señalar quién es verdadero rabino o verdadero pastor o verdadero sacerdote.
Esta semana le dio por nombrar en la oficina de asuntos religiosos del Ministerio del Interior a un badulaque que se hace pasar por rabino. Se presenta dizque como el rabino Richard Gamboa. Un tipo que dice que es rabino porque le basta con haber comprado un cartón por ciento cincuenta dólares en un estafadero que dice llamarse esotérico y teológico al mismo tiempo.
Para mis adentros, pienso que le salió muy caro. Ciento cincuenta dólares por un papel que no vale nada. Tal vez en la miscelánea del Indio Amazónico se lo hubieran vendido más barato y con seguridad tendría el mismo reconocimiento social. O de pronto, viniendo de un indígena, Petro se lo hubiera valorado un poco más.
A Petro ya le había dado por pontificar en varias de sus peroratas. Según él, Jesús fue más que todo un carpintero, que casi, por unos añitos de distancia, no fue el segundo al mando del Pacto Histórico. En fin, sus razones tendrá. Si dice que sabe de Derecho porque estudió Economía en el Externado, ¿por qué no habría de creer que sabe de teología, siendo que de vez en cuando se disfraza con una sotana que alguien le regaló, metiéndole el cuento de que era la sotana de Camilo Torres?
Pero esta vez sí se le fue la mano.
Ahora le dio por sentirse ejerciendo un patronato, el Patronato Regio. Esa figura que utilizaron los Reyes Católicos para meterle la mano a los asuntos religiosos en las Américas.
Esta vez la bofetada de Petro le tocó a las comunidades creyentes, muy puntualmente la cargó contra la comunidad judía. El nombramiento de ese falso rabino constituye una burla a la libertad religiosa y de cultos consagrada en la Constitución de 1991. Colombia conoce la respetabilidad de la comunidad judía y del significado profundo de sus rabinos. Que no venga este gobierno a creer que con sus menjurjes ideológicos o con sus embustes pseudo teológicos va a poder explicar lo inexplicable.
No obstante la ofensa que causa el hecho de haberle dado connotación oficial a un impostor de esos, la cosa tampoco es que sorprenda mucho. El país ha venido descubriendo que una de las formas de embriagarse con el poder que más le gusta a Petro es nombrando a innombrables en cargos que supondrían una cierta dignidad. Después de haber nombrado a un primeralínea de ministro de Educación, después de Benedetti en el Ministerio del Interior o del actor porno como vice ministro de la Igualdad, ¿qué le va a sorprender a uno que nombre a un tipo disfrazado de rabino en la dirección de asuntos religiosos?
Es más, si nos ponemos a hacer un poco de memoria, caemos en la cuenta de que eso de jugar al patronato tampoco tiene nada de nuevo. Baste recordar que, desde la campaña presidencial, a Petro le dio por “ordenar” de pastor cristiano a un personaje que no tenía nada de cristiano ni de personaje, a ese señor Saade. Cuando se lo inventaron, lo hicieron para hacer creer que había líderes cristianos con Petro y que éste, Petro, era un creyente que no haría nada contra las religiones. ¿Recuerdan cuando se colgó una crucecita en el cuello para la foto de las vallas?
Hipocresía, pura hipocresía.
En esos momentos me puse a averiguar si alguien lo conocía -al señor Saade- entre las iglesias cristianas. Ningún pastor reconocido, de ninguna región, tenía ni idea de quién se trataba. Creo que los únicos “cristianos” que conocían al señor Saade eran Gustavo Petro y Roy Barreras. Los dos que se lo inventaron como pastor en un laboratorio estratégico de campaña. Así como Gamboa es rabino de ciento cincuenta dólares, Saade es pastor cristiano de campaña petrista. Pudo haberles costado un poco más, un poco menos.
Cada día va quedando más claro que Petro es obsesivamente anti cristiano. Lo demás es carreta.
Cristianos: muy importante volver a estudiar a Dietrich Bonhoeffer, a quien la Historia terminó dándole la razón. No se podía ser cristiano y nazi al mismo tiempo.