El bienestar de los bovinos de producción está trayendo información nueva para cambiar las prácticas de manejo. Algunas de esas prácticas nuevas traen consigo la necesidad de una inversión y más aún, de un cambio de conciencia en las personas que se relacionan con los bovinos.
Algunos productores se desaniman cuando ven las exigencias y creen que no lograrán hacerlo como lo muestran los técnicos y profesionales que instruyen sobre la materia. En esos casos, por querer hacer lo mejor, deciden que no es posible y dejan a un lado la posibilidad de realizar una buena práctica de manejo y llegar poco a poco al mejor resultado.
Hace poco en un predio en los llanos me llamó la atención el método empleado para que las vacas de cría entraran al brete: utilizan un plástico negro que al moverlo les cierra el espacio y les deja como única luz el brete. Es reconfortante notar que en producciones ganaderas grandes se estén teniendo en cuenta manejos diferentes a los golpes. La utilización del plástico va muy acorde con las recomendaciones de Temple Grandin; los animales se desplazan hacia donde está la luz y los espacios entre tubos o varetas de los lados los pueden desorientar si no se les tapa la luz.
También en cercanías a Villavicencio, estuve en otra producción que está cambiando el manejo, esta vez por las banderas en los corrales, y cabe anotar que las banderas son fabricadas en la finca con un palo y un costal. Un poco más complicado porque siempre que se tenga un palo en la mano, y si se está acostumbrado a usar palos, se presenta la oportunidad de agredir el bovino con golpe o molestándolo con la punta del palo. La bandera es buena cuando se entiende el propósito.
Este es uno de los casos en el que –aunque se puede tener el instrumento a bajo costo– la inversión debe estar en tiempo y capacitación para que quienes usan la bandera entiendan cómo funciona ante los ojos del bovino y sean conscientes del bienestar que se busca. La bandera busca jugar a taparle las opciones de fuga a los bovinos, y con el desplazamiento de nuestro cuerpo los vamos haciendo mover para donde queremos.
En mi opinión, tener algo en la mano nos hará ver cómo una amenaza y aún más si se utiliza con esa intención. La expresión corporal, ante individuos que crecen en contacto con el ser humano, y conocer su área de fuga, debe ser suficiente para manejarlos sin otro tipo de herramientas más que nuestro cuerpo.
Los bovinos agresivos simplemente no deben estar en las producciones. Tienen un riesgo de accidente mayor, están en recurrente liberación de estrés, su producción es menor al potencial, hay una alta probabilidad de que sus crías también sean agresivas y alteren a los demás bovinos.
Mariana Navarro S
Medica Veterinaria Zootecnista