En marzo de 2020, antes de que empezaran a presentarse tantas crisis mundiales: la pandemia, la crisis logística, la crisis geopolítica; el precio que se le pagaba al productor en Colombia por un litro de leche era de $1.246, que en términos reales se equiparaba al precio que se pagaba a mediados de 2007; evidentemente una remuneración subvalorada.

Con la pandemia el precio se fue para abajo poco más de 2%, pero con los líos logísticos que ya parecen haberse superado; y la crisis de oferta de insumos por la situación geopolítica de Rusia y Ucrania, los que echaron para arriba de una manera exagerada fueron los costos de producción. En 2021 y 2022 se registró un crecimiento de más de 84% en el precio de los balanceados, cercano al 260% en fertilizantes, 31% en mano de obra y un alza de 38% en la tasa de cambio, lo que hizo que producir leche fuera más costoso. Por fortuna ya varias materias primas han comenzado a ceder un poco en sus cotizaciones, aunque siguen siendo caras.

Pero con este encarecimiento en la producción lechera colombiana se suscitaron varios fenómenos: el primero, muchos disminuyeron su producción y su productividad ante el encarecimiento de la actividad; el segundo, algunos trasladaron su actividad ganadera de producción de leche a la de novillos con mejores relaciones de costo beneficio en esta última. El resultado como tal del encarecimiento en la actividad lechera fue la disminución de la producción. En 2022 la baja fue de 5,2% y en el primer trimestre de 2023 de 9,4%.

Claro, con menor oferta lechera los precios al productor han estado al alza. Entre octubre de 2020, cuando se registró el precio del litro más bajo después del inicio de la pandemia, y marzo de 2023; se ha incrementado en 93%. Tal situación por supuesto ha incidido para que en el mismo periodo el precio del litro de leche al consumidor se haya incrementado en 69%, el del queso 58% y el de otros derivados 38%; impactando directamente en el consumo que en 2022 disminuyó siete litros por persona.

Como ven, toda la situación se origina en el alto encarecimiento de insumos y materias primas por diferentes causas en el entorno mundial. Pero el problema de costos de producción no es exclusivo de esta época, aunque la situación del ultimo par de años ha sido especialmente crítica.

Si bien en el último par de meses la transición entre Niña y Niño ha creado mejores condiciones climáticas y ambientales para la producción de leche, si las predicciones de los expertos se cumplen, en septiembre ya se tendría fenómeno de El Niño lo que sin duda hará que muchos insumos y materias primas de nuevo se encarezcan.

Resultará importante implementar estrategias eficientes para que cada vez dependamos menos de materias primas importadas ¿Qué habrá pasado con el anuncio gubernamental de adquirir Monómeros? Sería muy útil para el sector agropecuario tener mayor autosuficiencia en fertilizantes. Pero como puede que con lo de Monómeros no pase nada, es muy importante que los productores logren avanzar la implementación de sistemas silvopastoriles que brindan mayor oferta de alimento, mejor fertilización orgánica, cuidado de fuentes hídricas, captura de GEI, y una gran variedad de atributos de sostenibilidad y mayor eficiencia en el uso de la tierra; sin pensar si quiera en la tasa de cambio.

@ojcubillosp
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