En otras palabras, tendremos un segundo semestre de 2015 con precios que se mantendrán bajos, con el agravante que China y Rusia son los que ponen a tambalear el precio internacional –algo o muy distante con lo que ocurre con el petróleo-.

Más aún, el portalechero.com, que cita un reporte de Dairy Herd, del cual se toma la presente nota, señala que las caídas de los precios fueron significativas comparadas con el año anterior, en el caso de las leches en polvo perdieron más de un 40 % del valor, mientras que quesos, manteca y suero descendieron entre 20 % y 30 %, con una oferta mundial que continua en ascenso. En el primer trimestre la producción de los 5 principales exportadores mundiales (Estados Unidos, Unión Europea, Nueva Zelanda, Australia y Argentina) prácticamente se mantuvo, mientras que en abril y mayo aumentaron alrededor de un 2 %.

En los primeros 5 meses del año, China importó 223 mil 237 toneladas de leche en polvo entera, con un descenso del 54 % respecto al volumen excepcional del año pasado. La importación de leche en polvo descremada cayó 31 % y los productos del suero descendieron un 4 % desde un año atrás.

Durante estos 5 meses, las importaciones de China (en leche equivalente) cayeron un 38 % respecto al año anterior. Los stocks de leches en polvo permanecen completos y la producción de China se espera que aumente un 4 % este año.

Mientras tanto Rusia permanece fuera del mercado, luego de extender la prohibición por otro año. Otros importadores como México, Sudeste asiático y Japón, han comprado agresivamente pero no han podido captar todo lo que China y Rusia han dejado disponible.

Los que cuentan con stocks para los meses que vienen dadas las compras tempranas que realizaron. Además, no se espera que los compradores presenten mayor interés hasta septiembre.

Así las cosas, ¿Qué podrán esperar los productores de leche para lo que resta del año en materia de precio? Y pensar que hasta no hace poco los industriales de la leche clamaban porque les dieran toda clase de ayudas para poder exportar. El mercado interno parece ser la mejor tabla de salvación.