Los nutrientes por ración de carne superan a los de las opciones vegetarianas y los animales rumiantes crecen gracias a alimentos que no son comestibles para los humanos.
La cría de ganado supone, además, unos ingresos económicos necesarios para los pequeños agricultores de países en vías de desarrollo: se estima que la ganadería es el sustento principal de mil millones de personas en todo el mundo (MITLOEHNER, 2018).
Los rumiantes, incluidos los bovinos, tienen la virtud de trasformar la celulosa de las plantas que no pueden ser digeridas por los humanos, en leche y carne. Es decir, aprovechan la energía lumínica del sol que las plantas transforman mediante fotosíntesis en forraje, para la producción de proteína animal. Los sistemas pastoriles son sistemas de producción basados en energía solar.
Esto convertiría a la vaca en el animal que puede salvar el mundo.
No sería la primera vez que la ganadería ayude a salvar humanos, Las vacunas se desarrollaron en investigaciones en vacas y han contribuido a salvar millones de vidas, ahora las vacas pueden ayudar a salvar la humanidad.
En la agenda política del país deberíamos tener a la ganadería bovina, en el foco de todas las miradas, no por la mala reputación que muchos diarios le han querido infundir, sino por la gran oportunidad como estrategia de mitigación de cambio climático, motor de la economía y fuente de la seguridad alimentaria, para el país y el mundo.
**Felipe Aristizábal, MVZ.
Docente Universidad Autónoma de las Américas- Pereira- Facultad de MVZ Esp, MSc.
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