¡Ojo con el 22! porque los: “comunistas” camuflados de progres, tibios, verdosos y ninis, que no son ni lo uno ni lo otro sino más de lo “mismo”, quieren ver arder el país.
Hace dos semanas se conmemoraron 75 años del documento conocido como “El Extenso Telegrama”, producido por George Kennan, una de las mentes estratégicas más brillantes y uno de los personajes determinantes de los principales eventos de la segunda mitad del siglo XX. Conocedor profundo del modelo comunista, lo diagnosticó magistralmente y propuso la estrategia que EE.UU. seguiría durante décadas para vencer a la URSS, anticipándose 4 décadas a su colapso.
Sin duda que el mundo ya no es el mismo de 1946, pero Colombia enfrenta, de miras al 2022, uno de los momentos más peligrosos de su historia, en la que sujetos adoctrinados en las ideas comunistas, que ahora no se hacen llamar así porque es contraproducente y prefieren autodenominarse como, “progresistas”, “independientes”, “tibios”, “verdes”, etc., representan amenazas similares a las que enfrentaba Occidente al inicio de la Guerra Fría.
Miren como Kennan describía dichos riesgos y las formas de actuar de los comunistas, y las impresionantes similitudes con nuestra situación: “En países extranjeros, los comunistas trabajarán, por regla general, por la destrucción de todas las formas de independencia personal, económica, política o moral. Su sistema sólo puede manejar a individuos que han pasado a depender completamente de un poder superior. Por lo tanto, las personas económicamente independientes, como empresarios individuales, propietarios de fincas, agricultores exitosos, artesanos y todos aquellos que ejercen el liderazgo local o tienen prestigio local, como clérigos locales populares o figuras políticas, son una anatema (maldición).”
En los países occidentales “se hará todo lo posible por perturbar la confianza nacional en sí mismos, reprimir las medidas de defensa nacional, aumentar los disturbios sociales e industriales y estimular todas las formas de desunión. Se instará a todas las personas con agravios, ya sean económicos o raciales, a que escriban reparación no en la mediación y el compromiso, sino en la lucha violenta desafiante por la destrucción de otros elementos de la sociedad. Aquí los pobres se enfrentarán a los ricos, los negros contra los blancos, los jóvenes contra los viejos, los recién llegados contra los residentes establecidos, etc.”.
Pero Kennan les pedía a sus compatriotas, y creo que a nosotros también, lo siguiente: “Mucho depende de la salud y el vigor de nuestra propia sociedad. El comunismo mundial es como un parásito maligno que se alimenta sólo de tejido enfermo” ... “Cada medida valiente e incisiva para resolver los problemas internos de nuestra propia sociedad, para mejorar la autoconfianza, la disciplina, la moral y el espíritu comunitario de nuestro propio pueblo, es una victoria diplomática sobre Moscú que vale mil notas diplomáticas y comunicados conjuntos. Si no podemos abandonar el fatalismo y la indiferencia frente a las deficiencias de nuestra propia sociedad, Moscú se beneficiará”.
¡Ojo con el 22! porque los: “comunistas” camuflados de progres, tibios, verdosos y ninis, que no son ni lo uno ni lo otro sino más de lo “mismo”, quieren ver arder el país.