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columna

La modernización del campo

por: - 31 de Diciembre 1969

El modelo de desarrollo económico del país desde finales de la década de los 50 ha premiado la realidad urbana en búsqueda de la modernización de los procesos productivos industriales urbanos.

El modelo de desarrollo económico del país desde finales de la década de los 50 ha premiado la realidad urbana en búsqueda de la modernización de los procesos productivos industriales urbanos.

Pese a haber sido una doctrina económica legitimada desde afuera por diferentes instituciones financieras internacionales como el Fondo Monetario o el Banco Mundial, los efectos en el sector ganadero y en la economía agrícola han sido nocivos hasta hoy. Nunca se le ha otorgado espacio a la asistencia técnica ni a la transferencia de tecnología en el campo, vital para un país agropecuario como el nuestro.

En estos días se tramita en una de las potencias ganaderas del mundo, Brasil, la aprobación del proyecto de ley que crea la Agencia Nacional de Asistencia Técnica y Extensión Rural, ANATER, donde el Gobierno del país pretende aproximarse más a los centros de investigación de los productores rurales. Este organismo funcionará como eje articulador en todos los entes territoriales del país y busca potenciar mayor coordinación entre los productores rurales y sus centros tecnológicos.

El discurso de la asistencia técnica en el campo va mucho más allá de intentos lánguidos por persistir en economías rurales de subsistencia; tiene un trasfondo de reconversión productiva y competitividad agrícola que obliga a todos los actores políticos y económicos volver hacia estrategias de desarrollo rural. (Lea: Sector agropecuario está decidido a reconvertirse)

El proyecto de ley enfatiza que la Asistencia Técnica, la Extensión y la Transferencia de Tecnologías es una herramienta básica para el aumento de la productividad por hectárea. Cifras que lo demuestran: En las tierras de grandes y medianos productores brasileros donde no se recibe asistencia técnica y extensión rural se obtiene una productividad bruta de 104 dólares por hectárea mientras que los productores que cuenten con este servicio obtienen USD 447 de ingresos brutos. En las propiedades minifundistas, el valor de la producción pasa de USD 287 (predios sin asistencia técnica) a USD 1306 dólares por hectárea, casi cinco veces su producción.

Desde lo público, la asistencia técnica en el campo tiene un factor multiplicador de la producción por hectárea como lo demuestra el caso brasilero.

Esto implica, como lo sostiene el proyecto de reconversión productiva para el sector lácteo, que se implemente de forma integral y permanente un servicio de este tipo para incorporar las tecnologías orientadas a mejorar la productividad por hectárea y por animal, fomentando un auto-mejoramiento en los procesos productivos. (Lea: Tras 22 días, censo experimental llega al 82% de ejecución)

Aprendiendo del caso brasilero, la gestión del conocimiento y tecnología en el campo mediante la Extensión, la Asistencia Técnica y la Transferencia de tecnología debe impulsarse dentro de un modelo de desarrollo incluyente. Para Colombia, sería uno de los casos incipientes de modernización rural serios, como lo persigue el proyecto de ley que impulsa Fedegán para superar la coyuntura láctea.

Esto es fundamental para competir, no solo porque construye una base productiva moderna capaz de superar coyunturas difíciles, sino que además permite dar pasos en la seguridad alimentaria en el país y en el mundo, con un consumidor cosmopolita que premia los procesos productivos que requieren eficiencia.