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Empecemos por el final. Son diferentes los elementos positivos que genera la exportación de animales en pie, sin dejar de considerar que el gran objetivo siempre es exportar mayor valor agregado, es decir carne con atributos de diferenciación. Pero ¿qué ocurre cuando la exportación de carne tiene dificultades?
Y es que tal situación ya la vivió el sector ganadero entre octubre de 2018 y febrero de 2020. Es de recordar que con la pérdida del estatus sanitario en ese 2018 los mercados de carne cerraron y el precio del kilo del novillo gordo en pie se desplomó en más de $700. El escenario pudo ser peor, en materia de precios, si no se hubieran tenido exportaciones de bovinos en pie.
Pero además el dinamismo de las exportaciones en pie, que por cierto en 2021 solo representaron el 0,84% del hato bovino colombiano, ha permitido mejor inserción de los pequeños productores en la dinámica comercial y le ha disminuido la intermediación en su venta, lo que le significa un mejoramiento real de sus ingresos.
Aun así, la participación de Colombia en el mercado mundial de exportación de bovinos animales en pie es marginal, apenas el 2,2% de los cerca de once millones de cabezas que se comercializan anualmente.
Lo que termina siendo impreciso es que se indique a la exportación de bovinos como la responsable de la subida del precio interno de la carne. Vale la pena tener en la cabeza que en 2021 el precio de la carne se incrementó en Uruguay 21%, en Estados Unidos y en Chile 23%, en México 37%, en Paraguay 51%, en Argentina 29%
Como lo hemos visto en los últimos meses, el problema de alza en los precios es mundial, y, de hecho, las medidas de política monetaria y subida de tasas de interés de diferentes bancos centrales del mundo, incluido el Banco de la República, no han servido para contener la crisis mundial de inflación. Claro, se pretende atacar al consumo cuando hoy el problema es de restricciones en la oferta de diferentes productos, muchos de ellos necesarios para la producción agrícola y ganadera.
De hecho, si la carne vacuna colombiana fuera la más cara, sencillamente, hoy estaríamos importando desde otro origen. Situación que no ocurre y no ocurrirá porque la carne mantiene precios elevados en todo el mundo.
Establecer medidas para la restricción de la exportación de bovinos impactaría inmediata y negativamente en el nivel de ingresos, especialmente de los pequeños ganaderos, y además no resolvería el problema.
No lo resolvería, porque, primero, como típicamente ha ocurrido en nuestra economía, cuando el precio del novillo gordo baja el de la carne se mantiene estable dada la asimetría en la transmisión de precios en cadenas de valor tan imperfectas como son las agropecuarias de nuestro país.
Segundo, el precio de los insumos para la producción continua exageradamente elevado, y nadie producirá a pérdida.
Tercero, la mayoría de los que se han dedicado a atacar la exportación de bovinos, solo se ha dedicado a analizar la variable precio y ninguno la variable ingreso monetario que viene para atrás desde 2013.
Además, no se puede desconocer que los cuatro países que nos compran novillos en pie, Egipto, Arabia Saudita, Jordania y Líbano, también nos compran carne. Efectivamente los compradores quieren proveedores que les surtan en lo que les venían surtiendo, o prefieren buscar alguno que sí quiera hacerlo. Esto quiere decir que si no queremos vender bovinos en pie ellos seguramente tampoco querrán comprarnos más carne.
Diferentes mejoras se pueden realizar en la exportación de novillos y la política pública y el mercado están para lograrlo, pero restringir las exportaciones no es una de ellas.
@ojcubillosp