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La gran encrucijada

Por CONtexto ganadero - 15 de Abril 2013

Pensando con el deseo, el Presidente de la ANDI Luis Carlos Villegas augura para el 2013 “un horizonte parecido al de 2012 entre 3.5% y 4%”, mientras el Gobierno se reafirma en su meta a alcanzar del 4.8%, que luce demasiado optimista.

Pensando con el deseo, el Presidente de la ANDI Luis Carlos Villegas augura para 2013 “un horizonte parecido al de 2012 entre 3.5% y 4%”, mientras el Gobierno se reafirma en su meta de alcanzar el 4.8%, que luce demasiado optimista.

Ni el uno ni el otro consultan la realidad y mucho menos las tendencias, por eso se apresura Luis Carlos Villegas a aclarar que el cumplimiento de sus previsiones va a depender “de si Venezuela se sigue recuperando y sigue demandando exportaciones colombianas y sobre todo si Europa va a entrar en una onda de recuperación y no se mantiene como una gran amenaza a la estabilidad”. Pero, resulta que los vientos soplan en la dirección opuesta a sus buenos deseos y los hechos son tozudos.

El Gobierno, ya poniendo los pies sobre la tierra, se ha visto precisado por fuerza de las circunstancias y en atención a la presión de los gremios de los productores del sector agropecuario y del manufacturero, que se han hecho sentir, a anunciar “lo que podríamos llamar un plan de choque por el crecimiento y la productividad”.

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, se apresuró a anunciar en el marco de la 54 Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, en la capital panameña, algunas medidas tendientes a amortiguar el impacto negativo de la crisis internacional y su coletazo sobre la economía colombiana.

En su alocución manifestó que “hay muy buenas ideas en el tema de la reducción de costos de energéticos, hay buenas ideas en el tema de buscar que la infraestructura de nuestro país y la logística mejore y que haya más inversiones en ese sector”.

Y ello está muy bien, porque en su Informe macroeconómico sobre América Latina y el Caribe en dicha Asamblea el Presidente del BID, Luis Alberto Moreno, fue muy claro al advertir que “el menor crecimiento previsto para la región en los próximos años podría traer una brusca caída en la tasa de inversión, lo que impediría cerrar las profundas brechas que prevalecen en materia de infraestructura e incluso ello podría derivar en un crecimiento económico inferior al proyectado”.

De modo que no hay tiempo que perder, hay premura en la toma de decisiones, en pasar de los anuncios a las acciones de Gobierno para evitar el colapso de la industria manufacturera y del campo colombiano. Es urgente frenar la desindustrialización y el desmantelamiento del aparato productivo del país, antes que sea demasiado tarde. Lo ha planteado claramente el analista Ricardo Chica: “ningún país se ha desarrollado sin industrializarse y ningún país se ha industrializado sin una política industrial activa…Existe abundante evidencia histórica y econométrica en el sentido que no da lo mismo - en términos de externalidades para la economía – exportar bienes primarios que integrarse a las cadenas globales de valor y a los sistemas de producción internacionalmente integrados”.

Hemos sido reiterativos en que la salida de esta encrucijada pasa por la diversificación de la base productiva, así como la diversificación de la oferta exportadora y los mercados externos, amén de la profundización del mercado interno y la integración regional.

Y no nos cansamos de repetir con el Nobel de Economía Paul Krugman que en materia de competitividad la productividad no lo es todo, pero a largo plazo lo es casi todo. Y el mejoramiento de la productividad pasa por la reconversión industrial, la reconversión industrial y la relocalización industrial y, lo que es más importante invertir en ciencia, tecnología e innovación. Ya tendremos la oportunidad de analizar el anunciado Plan de choque que plantea el Gobierno como salida; ya veremos si sus líneas de acción corresponden a la expectativa de los agentes económicos y del país todo.

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