Pero haya o no sobreoferta de leche, bajarán su precio. Sobreoferta en la que tiene mucha relevancia el nivel de inventarios de la industria. Las cifras de la USP muestran que a 31 de enero alcanzó 20 mil toneladas de leche en polvo, la cifra más alta desde marzo de 2013. Específicamente llama la atención el comportamiento de los inventarios para los meses de enero de los últimos años, en donde registra alzas elevadas respecto a lo que ocurre en los demás meses. Tan solo en el pasado enero el salto fue de 7,6%. Es evidente que la industria se aprovisiona de leche importada en los meses de enero, aprovechando los contingentes nuevos que inician cada año en los diferentes TLC (especialmente EEUU, UE y Mercosur), para cubrir sus requerimientos en los meses subsiguientes, típicamente secos, pero también para ponerle presión a la baja a las compras y precios que se le pagan a los ganaderos. El resultado de estas prácticas sí termina siendo una “enlechada industrial”, pero de leche en polvo importada, sin ninguna relación con la producción doméstica. De allí que el mes de enero pasado el acopio haya disminuido 2,4% respecto al mismo mes de 2017. Pero resulta ilógico que 20 mil toneladas de leche en polvo, es decir unos 160 millones de litros, más 26 millones de leche UHT almacenados -es decir inventarios por 186 millones de litros que equivalen a 9 días de producción- den para decir que existe enlechada. Sin embargo así lo dirán, y sistemáticamente las diferentes empresas de esta industria alinearán sus comunicaciones con un único fin: bajar el precio al productor. Teóricamente no podría ocurrir que le bajen el precio del litro de leche pagado al ganadero, pero todo indica que la Resolución 017 de 2012, que garantiza que no sea así, es letra muerta. A pesar del origen de la enlechada industrial, todo el discurso apuntará entonces a que la culpa es del ganadero, cuando no es así. El corolario de todo esto es que bien vale la pena examinar la cadena logística de pulverización de la industria para entender que cuando esta comienza a hablar de enlechada, solo resulta ser la cortina que cubre su ineficiencia en un mercado subaprovechado, incluyendo en ese análisis el tema de las subastas de leche en polvo.