La caída de los precios del crudo ha alertado y alarmado a los países que, como Colombia tienen una alta dependencia de las exportaciones del oro negro, por su alto impacto en la economía y las finanzas públicas. Pero, la real realidad es que la caída de los precios no se circunscribe solo al petróleo; los otros comodities que, aunque no tienen su misma relevancia, son vitales para el país, como el carbón, el oro y el ferroníquel han corrido con la misma suerte. Entre los años 2010 y 2014 los precios del carbón cayeron el 51% y tanto el oro como el ferroníquel un 36 %. Y sumados petróleo, carbón, oro y ferroníquel constituyen el 70 % de nuestra canasta exportadora, víctima ahora de la destorcida de los precios, lo cual provoca por consiguiente el deterioro de los términos de intercambio de nuestro sector externo.
En consecuencia, el primer impacto de la destorcida de los precios de tales transables es la Balanza de pagos, que se ve acentuada por la caída de la producción. Ello explica el enorme déficit de la Balanza comercial en el año 2014, del orden de los USD$6.293 millones, un record histórico que supera con creces el más alto registrado en 1998, que fue de USD$2.900 millones. Y ello, después de haber cerrado el año de 2013 con superávit de la Balanza comercial del orden de los US $2.203.3 millones. Entre tanto el déficit en la Cuenta corriente de la Balanza de Pagos para el mismo año se estima en un 5 %, el cual explica en gran medida que el peso colombiano haya pasado de ser una de las monedas más revaluadas del mundo a ser ahora una de las más devaluadas (24.16 % en 2014), después de Rusia y Ucrania.
A la vulnerabilidad de nuestro sector externo ha contribuido también y de qué manera la menor afluencia al país de Inversión Extranjera Directa (IED), que cayó el año anterior el 10.6 %, al pasar de USD$16 mil 833 millones a USD$15 mil 033 millones. Y, aunque parezca paradójica fue menor la caída de la IED en el sector minero-energético (9.8 %) que en el sector manufacturero (14.8 %), lo que no deja de ser motivo de mucha preocupación, dado el descaecimiento del mismo. Irónicamente, mientras la IED se retrae la inversión de portafolio entra a rodos al país y se multiplicó prácticamente por 3, entre 2013 y 2014, al pasar de USD$4.692 millones a USD$12.437 millones, nos referimos a inversiones en TES y colocación de deuda externa, fundamentalmente.
Y dado que la llamada Locomotora minero-energética ha perdido fuerza e impulso, ello ha ralentizado el crecimiento de la economía, que durante la década pasada, aupado por el auge minero-energético, superó el promedio histórico del 4.5 %. Ahora, con la contracción de los mercados externos y la caída de los precios la economía ha entrado en una franca desaceleración. Según el exdirector del DNP José Gómez, por cada USD$10 que baja el precio del crudo la tasa de crecimiento de la economía disminuye 0.4 puntos porcentuales y el desplome de los precios del crudo supera el 50 %. Así se explica la revisión a la baja de su proyección de crecimiento del PIB de Colombia para este año por parte del FMI, de 4.8 % a 3.8 % y de la propia junta directiva del Banco de la República, que rectificó su estimativo pasando de 4.3 % a 3.6 %.
Y, claro, a menor crecimiento menores ingresos públicos, se estima que por cada punto de menor crecimiento de la economía se dejan de percibir $2 billones, aproximadamente, amén de los menores ingresos por concepto de impuestos, dividendos y regalías. Y hablando de impuestos, por ejemplo, en 2014 el recaudo por concepto del impuesto de renta fue de $39.3 billones, inferior a los $42.7 billones del año anterior. Con razón el director de la DIAN Santiago Rojas manifestó que “ya se sienten los primeros efectos de la caída en la renta petrolera”. Según cifras oficiales los impuestos a pagar por parte de Ecopetrol pasarán de $2.9 billones en 2014 a $2.4 billones en 2015, 17.9 % menos. En cuanto a los dividendos que recibe el Gobierno Nacional de manos de Ecopetrol, ya para junio del año pasado, cuando todavía el precio del crudo estaba en la cresta de la ola, se dijo por parte del Ministerio de Hacienda que el Gobierno esperaba recibir por dicho concepto $8.4 billones, $2.3 billones menos que en 2014, es decir un 22 % menos.