La Región Caribe, desde Rafael Núñez, esto es, desde hace más de 120 años, ha acariciado la ilusión de tener, nuevamente, a uno de sus hijos en la jefatura de Estado, dentro de una racional alternación democrática.
Recordamos que en los años 70 del siglo pasado, esa región tuvo también otro candidato excelente: el doctor Evaristo Sourdís; candidatura que logró respaldo multipartidista, pero la cual careció de un gran promotor nacional con liderazgo suficiente para sacarla victoriosa, lo que no podría predicarse hoy de la candidatura de José Félix Lafaurie, quien tendría el respaldo del expresidente Uribe, cuya ascendencia en todos los estratos sociales de la Nación es imposible desconocer dentro de una apreciación objetiva de nuestra realidad política .
No vacilo en decir que tengo el mejor de los conceptos sobre el dirigente que hoy está al frente de la Federación Colombiana de Ganaderos. De ello dejé constancia en mi libro Puntadas sin Dedal, (pág. 146), publicado hace un año, al comentar su obra Postconflicto y Desarrollo. Dije: “Escrita en el mejor estilo, compendió su visión de país con una exposición que mereció elogios del expresidente liberal, doctor Alfonso López Michelsen, pues, lejos de ser planteamientos situados en la derecha de las ideologías, como podría presumirse de un gremio que históricamente ha sido resistente a la introducción del concepto social en el derecho a la propiedad, han tenido como referentes logros obtenidos con la aplicación de políticas agrarias diseñadas en la República de China (la China de Mao), para señalar una nueva ruta que conduzca a la reivindicación del sector rural colombiano y enfrentar, como el dirigente gremial lo afirma, “el sesgo anti rural de los modelos de desarrollo”.
“La propuesta de Lafaurie -agregué- de inversiones sustitutivas de impuestos, tiene esa connotación, con lo cual sedujo a un intelectual de la categoría del expresidente Alfonso López Michelsen...“
Esa concepción progresista del desarrollo del campo, pone a salvo al doctor José Félix Lafaurie de las acusaciones extremistas que tratan de desconceptuarlo, y, por ello, no abrigo la menor duda de que es también un magnífico candidato del sector más olvidado de Colombia: el sector rural, marginado del desarrollo por el centralismo infecundo..
Es la hora de hacerle justicia a una región, y de reorientar las políticas sobre el campo colombiano, para ir cerrando la brecha de las desigualdades, y también, para hacerle frente a los desafíos del TLC.
Pienso que José Félix Lafaurie puede convertir en realidad esos propósitos, desde la Presidencia de la República. Es mi convicción.