De lo poco que sacó la cara en el comportamiento del PIB durante el segundo trimestre del año fueron las cifras del sector agropecuario, el cual registró un crecimiento de 10,2%, mientras que en el primer semestre de 2024 lo hizo en 8%.

El sector pecuario registró dinámicas positivas en todas sus ramas, y, específicamente para ganadería bovina frente a la faena el alza fue de 4,4%, mientras que en la producción de leche cruda el incremento llegó a 6,4%. Sin embargo, el análisis debe realizarse más detallado puesto que existen contradicciones por parte del mercado, específicamente en la parte lechera.

El dato de crecimiento de 6,4% que ofrece el DANE es una cifra que mide la variación en volumen, es decir está indicando mayor oferta de leche cruda producida en el segundo trimestre de 2024 frente al mismo periodo de 2023. Eso es correcto. Lamentablemente a mayor oferta menores precios al productor, como lo hemos notado en esta prolongada crisis.

Sin embargo, cabe destacar que el productor lechero ha venido haciendo juiciosamente la tarea reportando crecimiento en su producción en los últimos tres trimestres: 3,6%; 7,3% y 6,4% respectivamente, situación que el mercado no reconoce al no pagarle un mejor precio.

Pero cuando se revisa ya la elaboración de productos lácteos, es decir el proceso de transformación industrial y la agregación de valor, las mismas cifras de Producto Interno Bruto indican cifras negativas desde el cuarto trimestre de 2022 con caídas promedio trimestrales de 6,3%, mientras que, en un horizonte más largo, solo se han tenido dos trimestres positivos desde el tercer período de 2020, los demás negativos hasta hoy.

¿Qué significa esto? que efectivamente la población está consumiendo menos productos lácteos y con menor demanda también menor transformación. Pero lo que vale la pena entender es la tarea por eslabones. Si el sector primario, los ganaderos, están produciendo más y en quince meses el precio que se les paga por un litro de leche ha caído al menos 16%; y la transformación de productos para el consumo ha caído en volumen 4,6% promedio por trimestre desde mediados de 2020, efectivamente las estrategias para vender están fallando.

¿Cuáles estrategias para vender? hoy el consumidor considera más elevado el precio de la leche, quesos y otros derivados, situación que efectivamente ha venido ocurriendo: el precio de la leche al consumidor en 2020 subió 5%, en 2021 alcanzó un alza de 13%, el más alto de 37% en 2022; 12% en 2023 y 0,5% en el primer semestre de 2024, que, aunque menos incremento nunca ha bajado. En términos reales, al indexarse las variaciones, es un incremento de 82,8%. En otras palabras, si la bolsa de leche líquida que compraba el ama de casa en 2019 costaba $3.500, esa misma bolsa hoy cuesta $6.400.

Ante tal disparada de precios evidentemente el consumo se lesiona, lo que evidencia que las estrategias de venta de marcas y comerciantes no vienen funcionando ¿por qué? Sencillamente porque el precio al consumidor jamás ha descendido. De poco servirán campañas de publicidad si el precio no baja.

Ahora bien, no solo se debe mirar el consumo interno, también el externo. Sin embargo, la única compañía lechera que ha aprovechado los bajos precios de compra de su principal materia prima, la leche cruda, es Colanta; y los ha aprovechado para dinamizar la exportación.

De allí que se hable de una contradicción del mercado, pues mientras en el PIB la producción de leche cruda es muy buena, la realidad de los productores en el campo es otra.