El sector agropecuario en este gobierno pareciera estar condenado al fracaso. He seguido con atención los movimientos políticos mediante los cuales esta administración busca, quizá con más inocencia que buena fe, convertir a Colombia en potencia agroalimentaria, sin que se implementen las estrategias adecuadas.
Se dice que los opinadores son repetitivos en sus propuestas, pero ante los errores que se cometen, a mí juicio, desde las cúpulas de decisión, no queda más que insistir en lo que creo es oportunidad de solución para que el sector tome un real impulso y se haga realidad el fin perseguido.
Se ha repetido desde esta pequeña buhardilla: Lo primero que hay que asegurar para que el sector sea garantía de productividad efectiva es la “infraestructura productiva básica permanente”, sólo el Estado a través de la institucionalidad tiene la capacidad económica de hacerla realidad dados sus altos costos y la competencia jurídica para la toma de decisiones.
En un país ecuatorial, el nuestro, con dos estaciones marcadas, invierno y verano, de gran severidad, hoy se presentan con periodicidad y frecuencia los fenómenos del niño y niña y el impacto del cambio climático, se hace necesario que se creé el Sistema de Riegos y Drenajes que permitan a los empresarios del campo garantizar producciones estables, útiles, que no queden al vaivenes de periodos de inundaciones y sequías, que conduzcan a diluir los esfuerzos para lograr el bienestar propio y, aportar a la Seguridad Alimentaria de la Nación. Mientras no se dé así, pueden existir todos los proyectos productivos que se quieran por parte y apoyo del Estado, que jamás cosecharán los frutos abundantes esperados, agricultura se escribe con “A” de agua.
Es indispensable que se mantengan las vías secundarias y terciarias existentes, como la creación de nuevas transversales que permitan colocar insumos y producción del sector en los tiempos necesarios para asegurar la entrega de frutos en las condiciones que los mercados nacionales o extranjeros lo están solicitando. Mejores vías garantizan mejores ingresos al empresario del campo.
Estructuración de programas de acceso al crédito de manera efectiva a tasas preferenciales, subsidiadas, acompañada con la garantía de aseguramiento de cosechas por los eventos climáticos y precios de los productos.
Retomar programas exitosos como lo fue Agricultura por Contrato, cumplió con dos funciones primordiales:
a. Garantizar la comercialización de lo producido antes de emprender la tarea de producción y,
b. Servir de garantía suficiente para acceder al crédito agropecuario de manera preferencial.
Dinamizar el sector con seguridad productiva es la mejor garantía que puede tener la Nación en su Seguridad Alimentaria. De no ofrecerse estos básicos e insistir en una reforma agraria soportada en la mera entrega de tierras, sujeta en la existencia de proyectos productivos temporales, sin garantías de integralidad permanente, es el camino corto al fracaso edificado en buenas intenciones sin solidez suficiente que logre hacer de Colombia la pretendida potencia mundial agroalimentaria.
La tierra sin infraestructura básica permanente, no es solución de ninguna clase, por el contrario, es carga adicional a quien se le entrega al nuevo tenedor. El crecimiento del sector no puede estar montado sobre proyectos políticos que garanticen la dependencia socioeconómica de quienes se favorecen de los beneficios temporales que ofrece el Estado, no. El soporte del sector debe estar apoyado en proyecciones de mediano y largo plazo que garanticen seguridad que las inversiones que se intente sean productivas.
¿Por qué en el gremio ganadero el 89% de los predios son de pequeños ganaderos? La razón es clara, al ganadero le gana la sensatez, de nada sirve intentar producción agrícola sino se tienen los básicos absolutamente garantizados, la ganadería en pequeña escala garantiza estabilidad e ingresos permanentes promedios para el sostén básico del núcleo familiar.
Prueba de la necesidad de la infraestructura productiva básica es la muy baja colocación de créditos a pequeños empresarios del campo y, la alta tasa de incumplimiento de la cartera por pagar en los créditos entregados a este segmento. De nuevo Agricultura (Agricultura y Ganadería) se escribe con “A”, el sector no puede ser instrumentalizado para lograr permanencia en el poder.
@lacoutu