Los gremios no son un invento reciente. Provienen de la organización de los artesanos europeos durante la Edad Media y su existencia hace parte de la historia universal. El papel que tienen en los tiempos modernos apunta a que trasciendan los intereses específicos de los afiliados, sin abandonar su defensa y promoción, y tengan como campo de acción los aspectos que incumben a la sociedad en general. Con mayor razón en estos años difíciles, que están caracterizados por el debilitamiento de la representatividad de los partidos. Cuando se pronuncian tienen derecho a ser críticos, y el deber de serlo, pero su presencia es un factor de estabilidad institucional. Por eso preocupa que ciertas actuaciones del Gobierno puedan debilitar el papel que están llamados a cumplir. La reacción del jefe del Estado por declaraciones del presidente de la SAC, y los comentarios oficiales a un documento patriótico del Consejo Gremial sobre las conversaciones en La Habana, son dos ejemplos de intolerancia inconveniente. Estos antecedentes le dan un tufillo inevitable de retaliación a la decisión de quitarle a Fedegan la administración del Fondo Nacional del Ganado. Como, con respecto al cumplimiento de las condiciones de representatividad y existencia de una ‘real estructura democrática’ por parte del administrador, es decir de Fedegán, gracias al mandato de la Ley 89 de 1993, que fueron establecidas por la Ley 101 de 1993 y la Corte Constitucional, aquel se demostró antes de la firma de los dos contratos que se han suscrito, lo que sigue es analizar los argumentos centrales del Gobierno. Evaluar la situación del gremio y del sector para garantizar el cumplimiento de los objetivos de la contribución parafiscal de fomento, que están en riesgo por la admisión de Friogán y el Fondo Nacional Ganadero en el proceso de reorganización previsto en la Ley 1116 de 2006, además de unos comunicados de la Contraloría, son las causales que aduce el ministro Iragorri. Pero, si el alto funcionario tuvo siempre conocimiento de la situación, aprobó dicha admisión y supo que se hacía para proteger los recursos parafiscales, evitando eventuales repeticiones de los acreedores de Friogan contra el Fondo, ¿qué explica que convierta en causal para quitarle su administración a Fedegan lo que él mismo autorizó? De otro lado, ¿qué consideración se le dio a las excelentes calificaciones que la Contraloría le otorgó al gremio durante el periodo comprendido entre los años 2002 y 20014? Además, ¿cuál implicación tuvo en las consideraciones del Ministerio que sobre los hallazgos administrativos de la entidad de control existan planes de mejoramiento en desarrollo, así como acciones tendientes a subsanar eventuales faltas, que ha incorporado Fedegan? En fin, son tantas las preguntas que no es posible dejar de ver una motivación política del Gobierno, a raíz de los reparos legítimos de los ganaderos a las conversaciones con las Farc. Y esto es malo para el país, porque la existencia de gremios fuertes y participativos significa tener más democracia.
Gremios y democracia
Por Carlos Holmes Trujillo - 19 de Enero 2016
Los gremios no son un invento reciente. Provienen de la organización de los artesanos europeos durante la Edad Media y su existencia hace parte de la historia universal.