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Hace alrededor de un año se traía la buena noticia desde China del otorgamiento de admisibilidad sanitaria por parte de este país a la carne bovina colombiana. Solo fue hasta el mes de abril, luego de surtir los diferentes requisitos administrativos, que operativamente ya se podría exportar carne a este mercado.
Pero nada es color de rosa. Coincidía la posibilidad de exportar a uno de los mercados más grande del mundo con coyunturas desalentadoras en materia de cotizaciones internacionales, una economía china con menor dinamismo en sus precios, y una tasa de cambio interna que no estimulaba la exportación.
Para el mes de mayo se habían logrado enviar al país oriental 112 toneladas de carne, cifra que ascendió a 616 para julio y que en agosto cerró con un acumulado de 1.090 toneladas. Si bien la cifra empieza a ser mejor, lograrlo ha requerido un gran esfuerzo del sector ganadero y de la industria frigorífica.
Poco a poco se va logrando. Solo vale la pena recordar por ejemplo con el mercado de Rusia, el primer año completo de aprovechamiento comercial, por allá en 2012, se exportaron menos de 300 toneladas en todo el año. Actualmente supera las 15 mil toneladas anuales.
Por supuesto todos deseamos que el dinamismo sea mayor, ello dependerá de que la tasa de cambio mejore; y aunque en los últimos meses ha tenido algunos repuntes importantes, pasando de $3.865 por dólar en mayo a $4.191 en septiembre (una depreciación del peso de 8,4%), la tasa de interés de referencia que fija el Banco de la República sigue siendo elevada, lo que atrae dólares haciendo que la cotización del dólar tenga presión a la baja.
Pero tampoco podemos olvidarnos de nuestro principal competidor: Brasil, en donde, para nuestra inconveniencia, el real también se ha depreciado: 6,4% en el mismo período mayo a septiembre. Si bien es menor la depreciación del real frente al peso aun es poco el diferencial entre las dos monedas. Mientras se acomoda la tasa de interés en Colombia, muy seguramente seguirán casi a la par las diferencias entre Colombia y Brasil.
Será muy importante la recuperación de la economía China y por lo tanto de los precios internacionales para que nuestra exportación de carne empiece a ser más regular y permanente, y sobre todo poder explorar un año medianamente normal en las diferentes variables.
Vale la pena recordar que internamente en 2019 se había perdido el estatus sanitario de país libre de aftosa, en 2020 llegó la pandemia, en 2021 la crisis de los contenedores que tardó hasta finales de 2022, pero en 2022 ya se tenia la crisis de materias primas por cuenta de la guerra ruso-ucrania. Además, desde finales de 2020 y hasta mediados de 2023 el mundo sufrió unos procesos inflacionarios muy críticos. 2024 al parecer es el año que marca el punto de inflexión para empezar a tener años más estables económicamente hablando, en donde todos esperamos de 2025 las exportaciones a China marquen la pauta para el sector ganadero colombiano.
