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columna

Este impacto climático sobre la ganadería

por: Oscar Cubillos Pedraza- 31 de Diciembre 1969

Urgen acciones de política pública rápidas y efectivas para mitigar los impactos crecientes de Fenómeno de El Niño, que continua y de hecho pareciera seguir fuerte.

El fenómeno de “El Niño” inició de manera formal al finalizar el tercer trimestre de 2023, y de inmediato empezó a generar impactos negativos sobre el sector ganadero colombiano. Con corte a abril 4, de acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el sector bovino registra la muerte de 16.740 vacunos, además de otros 454.307 con algún grado importante de afectación por cuenta de la sequía, y 703.729 hectáreas ganaderas con impacto por déficit hídrico, heladas o incendios.

A partir de las cifras anteriores, las pérdidas económicas que se ocasionan por los animales muertos, así como las que se generan por la afectación en la productividad y reproductividad de los bovinos, más el daño emergente, el lucro cesante y la recuperación de las hectáreas de pastos deterioradas; se valoran en más de $202 mil millones de pesos. Sin embargo, este valor podría ser aun mayor teniendo en cuenta que el monitoreo oficial de MADR inició finalizando enero, mientras que el fenómeno de El Niño ya hacia estragos desde noviembre en la costa Caribe y desde diciembre en el centro y nororiente de la región Andina.

Ahora lo que se debe tener en cuenta es que el mismo clima le ha hecho varios “amagues” al IDEAM con un par se semanas lluviosas en febrero y una más en abril, generando en la ciudadanía el ambiente de que El Niño terminaba. Pues no, este fenómeno continua y de hecho pareciera seguir fuerte.

Sin embargo, el mismo IDEAM ha indicado en días pasados que la temporada de lluvias iniciaría en los primeros días de mayo, aunque habrá de tenerse en cuenta que la típica segunda temporada seca, o “veranillo de San Juan” llega finalizando junio, lo que obligatoriamente nos hace pensar si en menos de dos meses puede haber recuperación de las hectáreas estropeadas por la sequía y de las condiciones físicas de los bovinos afectados.

Al respecto vale preguntarse entonces si las aun difíciles condiciones de sequía afectarán la oferta de carne y lácteos. En leche el acopio sigue siendo positivo lo cual significa que aun hay ritmo de producción, pero con los daños en pasturas podrá pasarse factura en semanas siguientes si en definitiva no ingresan las lluvias.

Pero además los inventarios siguen siendo elevados e incluso podrían las industrias echar mano de cupos de importación de leche en polvo sin arancel que apenas se han consumido en 45%, el de EEUU, y, 15% el de Unión Europea. De allí que el precio al ganadero siga muy deprimido, y de allí también la importancia de implementar acciones que promuevan el consumo de leche y sus derivados.

En carne, el sacrificio de bovinos se incrementó 0,3% en el primer bimestre del año y los precios al consumidor lo hicieron 0,16% en el primer trimestre de 2024, lo que indicaría no tenerse dificultades. Sin embargo, aquí la preocupación es que ante las extremas condiciones de sequía y las dificultades para ganar peso por parte de los

bovinos pueda estarse generando un sacrificio anticipado, lo que generaría falta de oferta en el mediano plazo.

Aquí lo importante será, o que entren las lluvias, y si no es así que las acciones de mitigación por parte de las políticas públicas sean rápidas y efectivas.