Aparte de las razones de clima con lluvias por encima de lo normal y altísimos costos de producción que contrajeron la producción lechera desde el último trimestre de 2021 hasta el primero de 2023, evidentemente la mejor dinámica exportadora en carne y animales vivos también hicieron que varios productores de leche se orientaran a la crianza de novillos generando un mejor ajuste en la oferta lechera que al fin y al cabo estimuló los precios.
Claro, en los destinos de exportación de carne se han tenido altibajos, por ejemplo, con Rusia que por cuenta de los líos geopolíticos en los que se metió desde 2022, afectó en alguna proporción las compras que nos realiza. Tampoco en los últimos meses ha sido regular la exportación de novillos en pie por tener a un Brasil más competitivo, pero que termina lidiando con problemas sanitarios lo que hace que nos retorne la gracia y ventaja.
Es el mercado, con sus pros y sus contras. Pero aparte de las dinámicas típicas en los destinos que ya tenemos y se han consolidado, lo que vale la pena preguntarse es qué ha pasado con negociaciones tan importantes para obtener acceso sanitario en el mercado de Estados Unidos. El tema venia moviéndose de manera prolija, incluso teniendo visita de inspección en predios por parte del Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales – APHIS en septiembre pasado, ya casi un año.
APHIS manifestó la importancia de avanzar en los temas de trazabilidad e identificación animal en lo que llamamos la zona de exportación, a lo que nuestra autoridad sanitaria se comprometió a realizar los ejercicios piloto correspondientes y dar el siguiente paso con la visita a plantas. Lograr cerrar el proceso y tener de manera real y efectiva el acceso al mercado de carne de EEUU es primordial no solo para colocarnos estándares más exigentes de cara a llegar a otros de mayor valor, sino porque se dinamizarían los precios en carne al darle más oportunidades a la industria transformadora de aprovechar un mercado de más de 330 millones de consumidores con una logística de cercanía geográfica que estimularía el negocio, centrándonos más en líneas de negocio con alto valor agregado.
Pero además acceder al mercado cárnico de EEUU generaría equilibrio y reciprocidad ante las cada vez más abundantes y crecientes olas importadoras de leche y derivados desde este origen. No es justo que EEUU tenga un cheque en blanco para ingresar leche y carne a Colombia, pero a nuestro país desde 2012 no se le haya permitido colocar un kilo de carne en este destino.
Y, por último, con lo que empezamos, mejor dinamismo exportador de carne permitiría ajustar la oferta de leche y tener menos temporadas de precios deprimidos que especialmente afectan a los pequeños productores. Un llamado de suma urgencia para que nuestra autoridad sanitaria pise el acelerador.
@ojcubillosp