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columna

Envidia

por: Miguel Gómez Martínez- 31 de Diciembre 1969

Los problemas sociales en el mundo son graves pero muchos países, a diferencia de Colombia, sí ...

Los problemas sociales en el mundo son graves pero muchos países, a diferencia de Colombia, sí ...

Me dan envidia los venezolanos. Y los mexicanos. Y los brasileños, chilenos, ecuatorianos, coreanos, turcos y la lista es bien larga. Les tengo envidia porque protestan, porque patalean, porque no se dejan. Utilizando un lenguaje de izquierda, porque luchan.   Los problemas de Colombia son graves pero todos los problemas sociales en el mundo también lo son. Que suba el costo del petróleo en México es grave para millones de mexicanos. Que en Corea la presidenta haya sido vinculada a un inmenso escándalo de corrupción es gravísimo para ellos. No somos por lo tanto los únicos que enfrentamos problemas serios. Muchos de nuestros desafíos también son graves como la corrupción, la impunidad, la violencia intra -familiar o los elevados impuestos.   Lo que resulta inexplicable de Colombia es la pasividad con la que aceptamos todas las cosas. Votamos No en un plebiscito, el Gobierno le pone conejo a la ciudadanía y no pasa nada. Nos suben los impuestos para pagar la corrupción y no pasa nada. Se descubre que las elecciones fueron trucadas por una infiltración de una de las campañas presidenciales por agentes del Estado, y tampoco pasa nada. Todas las semanas estalla un escándalo de corrupción en el que se han robado miles de millones de pesos y no pasa nada. Se mueren los niños de hambre, se roban la alimentación escolar, se desvían los recursos de la salud y no sucede nada. La prensa manipula la información, la justicia acomoda sus fallos para pagar los favores que ha recibido y nada ocurre.   A veces pienso que somos demasiado cristianos y seguimos aquel bello principio de que si te golpean en una mejilla hay que poner la otra. Pero entonces me acuerdo de los brasileños que tumban gobiernos y son más religiosos que nadie. Mis amigos historiadores dicen que es por la herencia de violencia de la sociedad. ¡Pero si la historia de México es la más violenta de la humanidad y ellos sí protestan! Los sociólogos culpan a la desigualdad económica pero entonces, ¿por qué los ecuatorianos, tan pobres y desiguales como nosotros, cada vez que les da la gana tumban al gobierno de turno?   Nada explica la pasividad de los colombianos. Yo me atrevo a formular mi hipótesis: somos el pueblo más egoísta del planeta. No estamos dispuestos a hacer nada por nadie. No hay ninguna causa que nos parezca más importante que nuestra comodidad. Para lo único que somos buenos es para criticar a los que dicen que hay que hacer algo para que esto cambie.   Publicado en Kienyke, Bogotá, 16 de enero de 2017