En Colombia suceden hechos políticos públicos muy rápido y cada vez con efectos contundentes. La corrupción en el Gobierno Petro es rampante y ramplona; es tan evidente, que no pareciera necesario ser sometida a prueba, dado que, una y otra vez, quienes le acompañaron en campaña y/o han hecho parte de su gobierno “bien sea por nominación directa de Petro o por quienes él ha nominado a altos cargos”, vienen cayendo como fichas de ajedrez.
Petro busca a diario cómo evadir su responsabilidad como nominador de sus coequiperos. Sus segundos por él nominados aparecen suplicándole perdón, confesando faltas deplorables. Petro no ha entendido que las faltas cometidas por el nominado tienen gran alcance y no exoneran de responsabilidad al nominador.
Las responsabilidades pueden ser de tipo Penal, Administrativa, Patrimonial y Política.
a- Responsabilidad Penal**:** Demostrada participación directa o indirecta en la ejecución de los actos de corrupción podría estar inmerso en conductas delictivas por complicidad en corrupción, omisión de denuncia, encubrimiento y más punibles.
b- Responsabilidad Administrativa: Va desde responsabilidades disciplinarias, si se determina incumplimiento en la verificación de los requisitos y antecedentes del nominado para ocupar el cargo ante la ausencia de medidas de control y acciones para prevenir o sancionar, hasta la destitución e inhabilitación para ocupar cargos públicos.
c- Responsabilidad Patrimonial**:** Ante la probada falta de previsión o ante la participación directa o indirecta en los actos de corrupción, tendrá el nominador que devolver lo saqueado, indemnizar al Estado y a la Sociedad.
d- Responsabilidad Política**:** Pérdida de Investidura (Artículo 109 CN); pérdida de confianza de sus electores; señalamientos políticos; obligación de renunciar al cargo e imposibilidad de ejercer funciones públicas.
Si bien el presidente de la República tiene un fuero constitucional mientras está en ejercicio del cargo, debemos tener muy claras las consecuencias de sus actos. En lo político le hace perder el control y el respaldo electoral para mantenerse y ejercer de manera efectiva el cargo, como se está viviendo en Colombia.
El cáncer de la corrupción del gobierno Petro está haciendo metástasis en diferentes entidades del Poder Ejecutivo. Si bien no hay a la fecha condenas efectivas por los diferentes casos denunciados, se hace insostenible su permanencia en el poder ante las abrumadoras evidencias que a diario se exponen a la Nación.
Desde la época de campaña comenzaron las irregularidades:
-Los señalamientos y presuntas acusaciones que se desprendieron de las declaraciones de su hijo Nicolás Petro y de Day Vásquez sobre la entrada de dineros de manera irregular a su campaña y de recursos provenientes de origen Non Santo.
-Negociaciones con reos, quienes están en diferentes establecimientos carcelarios del país, dando pie en gran medida a lo que llamaron "Paz Total". Dichas negociaciones fueron encabezadas por Juan Fernando Petro en lo que en su momento se denominó el Pacto de la Picota.
-Presunta entrada de dineros por parte de Fecode y de la USO a la campaña Petro Presidente, no asentada en los libros de la contabilidad presentada al Consejo Nacional Electoral.
-Escándalo por la compra de Carrotanques para saciar la sed de la Guajira, no solo con inexplicables sobrecostos sino con cobro de multimillonarias coimas, destinadas presuntamente a compra de conciencia de los constituyentes delegados de Senado y Cámara, robándole a los Guajiros lo poco que no tienen.
-Despilfarro en ollas comunitarias en la Guajira.
-Financiación de lo que se ha conocido como el Cripto avión, etc...
El presidente Petro ha utilizado como defensa lo que ha denominado "Golpe Blando", levantando a una pequeña parte de la nación que aún le sigue de manera ciega, contra toda abrumadora evidencia creíble que circula en medios y redes, y que le señalan en el menor de los casos como un político que no atiende consejos, y que no toma controles y previsiones para evitar que la corrupción se apodere de su gobierno, bien por sus nominados directos o por aquellos nominados por su equipo más cercano.
Pareciese que quienes están en el Gobierno Petro han entendido que este intento de gobernar naufragó, que no volverán a las mieles del poder. Siendo así, pareciera que hubiesen decidido tomarse para sí los recursos que estén a su alcance trasladando la responsabilidad del nominado al nominador de manera directa, indirecta o compartida, si la justicia les llega probar sus actos de rampante y ramplona corrupción. Como dice el dicho, la cuerda se rompe por el hilo más delgado.
Miguel Ángel Lacouture Arévalo
@lacoutu