Para mitigar tales efectos se puso en marcha, en 2018, un instrumento de subastas, cuyo fin es estimular a los compradores de leche de polvo entera a que adquieran leche nacional con el fin de sustituir importaciones. Los diferenciales que puedan existir entre el precio de la leche importada y la nacional son compensados por los productores a través de su Fondo de Estabilización de Precios. De nuevo los ganaderos al rescate. Entre enero y fines de junio, a través de este mecanismo, se han comercializado 2.580 toneladas de leche en la Bolsa Mercantil en 10 subastas. Es decir, un promedio de 258 toneladas por evento. Representa esta cifra, en teoría, que al menos se ha dejado de importar un 12% de lo traído del exterior en 2018. Pero vale la pena tener en cuenta algunos elementos adicionales. Si observamos el portafolio importador lácteo del país, lo que típicamente más se ha ingresado del exterior es leche en polvo entera. En 2018, la situación es totalmente diferente. El 46% de lo importado corresponde a leche en polvo descremada y solo 28% es leche en polvo entera. La leche descremada típicamente ha sido más barata que la entera por obvias razones de menor contenido de grasa. Sin embargo, si siempre ha tenido un precio más bajo la descremada que la entera ¿por qué cambia la situación ahora? Efectivamente si los compradores pueden adquirir leche en polvo entera barata en el mercado nacional, están evitando incurrir en otros costos logísticos y de transporte y sobretodo tienen el producto a la mano. Como actores racionales, dedican sus esfuerzos a maximizar sus recursos y se concentran en la importación de leche en polvo descremada. La pregunta que me hago, es si el mecanismo de subastas se auto-limita al solo permitir que se transe leche en polvo entera. Considero que podría ampliarse a la compra de leche en polvo descremada con el fin de realmente sustituir importaciones, pues lo que se nota actualmente es que los recursos que se dejan de usar para la importación de entera se están dirigiendo a importar descremada, situación que no es útil para el sector. Es preciso entonces evaluar el instrumento, después de seis meses de funcionamiento. Y justamente, dentro de esa evaluación será útil contemplar que no solo los ganaderos sean los que aporten a la compensación de los precios en las subastas. Es preciso hacer como en el juego de la pirinola en donde todos ponen y todos ganan, más ahora con amenazas más grandes como las del TLC con Australia y Nueva Zelanda.
Entera y descremada, esa es la cuestión
Por Oscar Cubillos Pedraza - 05 de Julio 2018
Hasta el mes de mayo de 2018 se habían importado un poco más de 21 mil toneladas de productos lácteos, principalmente leche en polvo. Efectivamente los diferentes Tratados de Libre Comercio han impulsado la entrada de leche y sus derivados, fundamentalmente desde Estados Unidos quien es uno de los grandes jugadores de este mercado.