Dice la vieja frase que en río revuelto ganancia de pescadores, pero esta vez los pescadores no son los productores de leche sino la industria procesadora. Todos sabemos las causas de la crisis: caída en el consumo, altos inventarios e importaciones crecientes que han ocasionado que de un lado el precio al ganadero se haya desplomado 16% en quince meses; pero, que a pesar de la crisis el precio al consumidor siga subiendo, tal vez menos, pero sigue subiendo.
Uno de los elementos a los que alude la industria es que ante la expectativa por un agresivo fenómeno de El Niño guardaron más leche de lo normal. De hecho, en diciembre de 2023 sus inventarios de leche en polvo fueron 169% más altos de lo registrado en diciembre de 2022. Sin embargo, ya a finales de marzo pasado, el clima se normalizaría y el suministro de leche no tendría una amenaza de escasez.
Claro, con más lluvias más pastos y con más pastos más leche; de allí que el DANE haya registrado para el primer trimestre del año un crecimiento de 7,3% en la producción de leche, y se espera que para el segundo trimestre la cifra sea más alta con la entrada plena de la época invernal, y con el anuncio de llegada del fenómeno de La Niña en agosto próximo, la producción mantendrá una senda de crecimiento.
Si la producción de leche es más alta y el suministro se garantiza habría lógica en que los inventarios disminuyeran con el ánimo de evitar altos costos de almacenamiento, cargas financieras que la misma industria lechera ha señalado deben asumir. Pero eso no ocurre, los inventarios industriales de leche en polvo continúan elevados: mientras que en diciembre de 2023 fueron de 20.723 toneladas, en mayo de 2024 llegaron a 20.455, prácticamente idéntico ¿por qué?
A la industria le interesa mantener los inventarios elevados, algunas empresas incluso importando, pues obtiene poder de negociación frente al litro de leche cruda que deben pagarle al ganadero, de allí que el precio al productor haya registrado semejante caída de 16%. Mientras que para compensar la caída en el ingreso el productor sigue produciendo y produciendo.
Claro, la industria compra la materia prima que necesita, sin embargo, son diferentes las denuncias en donde varias empresas (no todas, pero no pocas) compran por un precio por debajo del que deberían pagar de acuerdo con la calidad de la leche, por supuesto sin planilla de pago que lo evidencie, pues para estas mismas lo que ocurre es que le “hacen un favor al productor” comprándole la leche cruda. Denuncias en donde el litro se paga por debajo de $900: hasta una colombina se paga mejor.
Aun así, el precio al consumidor sigue por las nubes, y solo le veo tal proceder de que la industria no quiera bajar los precios, a que busquen tener mejores márgenes en 2024 frente a su crisis de 2021 hasta principios de 2023 cuando sus márgenes fueron menores pues el precio de la leche cruda, la principal materia prima, fue más elevado. Sin embargo, la no baja del precio al consumidor está matando el consumo de leche, que en los últimos dos años y medio ha caído 11%.
Efectivamente la industria quiere llegar a un escenario que ha propuesto desde hace años atrás y es que el precio interno que se paga al productor dependa del precio internacional, y, que se estableció para regiones ZOMAC con el compromiso que la industria lechera exportaría. La industria quiere esta formula no solo para ZOMAC sino para todo el país.
Bajo este escenario, que lo pueden consultar en el siguiente enlace: https://minagriculturaco-my.sharepoint.com/:x:/r/personal/leche_minagricultura_gov_co/_layouts/15/Doc.aspx?sourcedoc=%7B8CE0FD05-C76B-4D47-942E-947B04C81FD6%7D&file=ZOMAC%20-%20PUBLICACION.xlsx&action=default&mobileredirect=true el precio del litro al ganadero se pagaría hoy en el mejor de los casos se pagaría en $1.348, y no existirían bonificaciones. Alrededor de 28% menos por litro de leche frente al ya decaído precio normal con bonificación. Esa es la propuesta que empezarán a escuchar en próximos días.
Lo he propuesto antes y lo vuelvo a decir ahora, con las implicaciones en el diario vivir que tiene para los productores de leche, especialmente los más pequeños. Si durante una semana la leche la tomarán los terneros y se redujera el suministro a la industria, ahora sí deberían recurrir a sus inventarios e importaciones, y se darían cuenta que a quien vienen maltratando en su socio en la cadena de valor. Ante esta crisis, a marchar mañana 30 de julio..