El 11 de marzo de 1984 fue secuestrado en Panamá el banquero Sam Kardonsky, dueño del Tower Bank y otras grandes inversiones en ese país. Según el diario La Estrella de Panamá, Kardonsky fue secuestrado por miembros de la Guardia Nacional, por instrucciones del dictador Manuel Noriega, y entregado al M-19, que trabajaba en conjunto con el grupo terrorista chileno MIR y la ETA (España).   El hecho que desencadenó este secuestro fue la muerte accidental de Jaime Bateman, fundador del M-19, cuando la avioneta en que volaba a Panamá se estrelló el 28 de abril de 1983. Aparentemente la cuenta bancaria del movimiento terrorista estaba en el Tower Bank y Bateman era el único que tenía acceso a ella. Otros miembros de la organización trataron infructuosamente de recuperar el dinero, pero Sam Kardonsky se negó a hacerlo puesto que la única firma existente en la cuenta era la del fallecido jefe.   No encontró más opción el M-19 que secuestrar a Kardonsky para recuperar su dinero. No hay certeza de cuánto dinero había en la cuenta del movimiento terrorista. La Estrella habla de USD 30 millones, pero la exigencia de pago inicial fue de USD 5 millones. Kardonsky fue trasladado a Quito, donde duró secuestrado un año y ocho meses.   Da la casualidad que Jaime Gilinski, el hoy comprador de revista Semana, se había casado recientemente con Raquel Kardonsky, sobrina de Sam. Allí fue donde Jaime conoció el negocio bancario.   En noviembre de 1985 Sam fue liberado en Ecuador, después del pago del rescate por USD 7 millones, realizado en Zurich (Suiza). Poco después, tres miembros del MIR fueron apresados en ese país por poseer billetes producto del rescate, pero los terroristas del M-19 nunca fueron requeridos y menos castigados.   Así es como los Gilinski-Kardonsky se relacionaron con Gustavo Petro por primera vez. El monto de la financiación que Petro ha recibido de este grupo se desconoce, dado que el hoy Senador no es muy bueno para llevar la contabilidad personal y de sus campañas.   Años después se dio la gran pelea entre Jaime Gilinski y Jorge Londoño, entonces presidente de Bancolombia. El primero le pagó a Petro para que hiciera un debate en el Congreso sobre el tema. El entonces senador acostumbraba recibir dinero, al igual que Javier Cáceres su socio (hoy preso por paramilitarismo). Lo sé porque en su momento un ciudadano ecuatoriano, Nicolás Landes, le pagó a Gustavo Petro para que nos hiciera un debate a Juan Camilo Restrepo y a mí en el Senado en 1999.   Si el objetivo de Gilinski con esta compra es aupar a Gustavo Petro, estamos llevados. A ellos no les importa porque Jaime y Raquel residen en Londres y el resto de la familia se reparte entre Panamá y Miami. No queda nadie en Colombia. Sólo nosotros tendremos que sobrellevar a Petro si es que algún día gana la Presidencia. Sergio Fajardo: ¡sálvanos por favor!   Publicado en: Las2Orillas.    **Fanny Kertzman

Economista de la Universidad de los Andes.

Ex directora de la DIAN. Columnista de Las 2 Orillas. Febrero 01, 2019**