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Sacrificó la defensa del territorio colombiano ante las pretensiones de Nicaragua para no afectar el proceso de paz, al no permitirse perturbar su relación con los países del Alba que son soporte de la negociación en La Habana.
Ahora, también en nombre de la paz el gobierno abre la posibilidad para que la absurda pretensión de las FARC pueda ser posible. El grupo terrorista exige 16 millones de hectáreas que equivalen a 160.000 kilómetros cuadrados de territorio colombiano que pasarían a ser propiedad de comunidades campesinas controladas por la guerrilla, con autogobierno y "autodeterminación".
El país no puede despedazarse, Presidente Santos, con la excusa de la paz. Al despojo tolerado por usted de mar colombiano no puede agregar ahora un despojo de miles de kilómetros cuadrados para las FARC.
Colombia nunca imaginó que su gobierno, Presidente Santos, iba a terminar desmembrando el territorio nacional. Todo en nombre de la paz, que todo indica, y es lo peor, será una falsa paz.