Para algunos lo más importante es salir a conquistar mercados y olvidan la importancia de garantizar la oferta suficiente que requieren: no le prestan atención a la producción.
Al contrario, el enfoque de otros es puramente productivista y no tienen en cuenta, ni ejercen la diplomacia comercial, no asisten a ruedas de negocios y no invierten en mercadeo y publicidad. Lo dejan en manos de una extrema ley de Say: toda oferta genera su propia demanda.
Las dos posiciones anteriores se ubican en el dilema de qué es primero: ¿el huevo o la gallina?, las que sin duda terminan sin ninguna conclusión o valor estratégico. Para hacer de un sector agropecuario uno de verdadera creación de riqueza y bienestar, es necesario que simultáneamente el huevo y la gallina sean lo primero.
Escoger solo producir o solo mercadear es tratar de construir el Empire State con un naipe de cartas, mientras que realizarlo de forma simultánea garantiza interés y motivación tanto para las dos puntas de la cadena, productores y consumidores, como para el eslabonamiento intermedio.
Precisamente el sector bovino colombiano le ha apostado a producir más y mejor, con unas garantías asociadas de cuidado al medio ambiente. Eso de un lado. Del otro, la agenda comercial no ha parado con el fin de articular demanda internacional con nuestra oferta.
Es preciso recordar que en 2009 el mercado venezolano cerró –destino al que se dirigía el 98% de las exportaciones de carne y animales vivos–. De no haberse esbozado en ese entonces una agenda comercial con foco en Medio Oriente, Norte de África y Rusia entre otros, hoy la ganadería no tendría un qué hacer en el entorno internacional.
Algunos plantean que en el mercado nacional como internacional es muy poco lo que se consume con origen orgánico, verde o sostenible. Eso no significa que no debamos empezar a hacerlo porque, aunque dichos mercados son de nicho y tal vez muy pequeños ahora, son los de mayor crecimiento relativo en los últimos años. Hacia allá vamos.
Simultáneamente nuestros diplomáticos y comercializadores van por el mundo tocando puertas promocionando lo que tienen y preguntando qué más desea el mundo. Es la estrategia ampliamente exitosa de países productores de carne como lo es Uruguay: Producir – vender y retroalimentar.
Por supuesto que Colombia aun tiene un importante camino por recorrer en materia productiva y de comercialización para lograr el éxito uruguayo, argentino o brasilero, y es claro que tanto en el primero como en el segundo campo deben dedicarse más inversiones, agendas y estrategias.
Pero también es claro que la acción de éxito debe ser integral, por frentes múltiples, y no solo con acciones de finca o solo de agenda comercial. La pregunta no es ¿qué es primero, el huevo o la gallina? La afirmación es que primero es tanto el huevo como la gallina. No descuidemos ningún frente.