Ya todos conocemos de la existencia de un Proyecto de Ley que pretende prohibir las exportaciones de diferentes especies de animales vivos vía marítima. Por supuesto tal iniciativa incluye la total restricción al comercio de bovinos, pues a los mercados a los cuales hoy exportamos –Egipto, Arabia Saudita, Jordania y Líbano–, solo se llega por mar.
Adicionalmente, hay que tener en el radar que de nuevo se tienen relaciones políticas, diplomáticos, económicas y de frontera abierta con el vecino país de Venezuela. Al respecto, si se prohíben las exportaciones vía marítima de bovinos en pie, por supuesto, se incentivarán las que se hacen vía terrestre, y el único destino tradicional a donde se han realizado ventas de novillos en pie es Venezuela.
¿Eso es bueno o es malo? Algunos argumentos al respecto. Primero, sería lamentable que después de tantos esfuerzos por aperturar nuevos mercados, luego de los cierres de Venezuela en 2009 y 2013, volviéramos a concentrarnos en un solo mercado.
Segundo, aparte del comercio legal y formal que pudiera hacerse sobre la venta de novillos en pie a Venezuela, seguramente podría fomentarse el contrabando, tal cual como se conocía por allá en 2011-2012, “el carrusel cambiario”. Tiene sentido, y hay razones de mercado que pueden estimular tal situación.
Vale recordar que en 2021 el vecino país realizó exportaciones de novillos en pie a diferentes países de Medio Oriente, pero solo pudo mantenerlas por un par de meses debido a su restringida oferta de bovinos. Lo que estaría mal sería que, por un Proyecto de Ley antitécnico frente al comercio internacional, no le exportemos a destinos de Medio Oriente para exportarle a Venezuela y que este último termine exportando nuestra oferta a dichos destinos.
Y tal escenario me suena casi idéntico al de terminar dependiendo de la producción de gas natural de Venezuela por autoimponernos barreras, con argumentos como el que el gas no es una energía limpia ¿queremos hacerle el favor a Venezuela?
Tercero. Egipto, Arabia Saudita, Jordania y Líbano no solo nos compran novillos en pie, sino también carne. Muy seguramente, restringirían esas compras al no encontrar en Colombia un proveedor integral como lo venían teniendo.
Ya el ICA en diferentes ocasiones ha manifestado y demostrado que las exportaciones de bovinos en pie se realizan bajo el cumplimiento de las normas respectivas propias al bienestar animal. Además, a ningún comprador le interesa maltratar a un novillo pues es su propia inversión la que está en juego.
Por supuesto como todo es susceptible de mejora, un Proyecto de Ley al respecto debería estar enfocado en supervisar condiciones de transporte o establecer mayores eficiencias en la infraestructura utilizada, pero no en restringir. ¿Cuál es el real interés de este Proyecto de Ley?
Apreciados congresistas, 354 mil familias productoras derivan la mayor parte de su ingreso de la cría de bovinos. Con las mejoras en el precio se han insertado de forma más eficiente al comercio al tener menos intermediarios.
@ojcubillosp