No se podrán aprovechar las potencialidades del sector ganadero si la institucionalidad se resquebraja o si se habla de expropiación. La estabilidad política y económica es fundamental para el futuro de nuestro sector como el de todos los demás.

Llegó noviembre, y a falta de los últimos dos meses del año, también las cifras de exportaciones acumuladas al mes de septiembre. En carne alcanzaron US$162 millones de dólares, mientras que en despojos US$14 millones. Para la línea de negocio de bovinos en pie la suma totalizó US$103 millones, mientras que en leche y sus derivados sumó US$23 millones.

Así las cosas, las exportaciones del sector ganadero colombiano, que incluyen la cadena de valor de leche y la de carne, sumaron en los primeros nueve meses del año exportaciones por US$302 millones, una proporcionalidad casi exacta para el avance de 75% del año que refleja un cumplimiento del 75,5% sobre la meta de US$400 millones en exportaciones para 2021.

Fantástico, después de todas las dificultades que debió sortear el sector ganadero en el pasado reciente empezando por la pérdida del estatus sanitario en octubre de 2018. Pero como el que no innova y no agrega valor está condenado al olvido, solo recuerden las antiguas BlackBerry, es necesario empezar a ir dos pasos adelante frente a las exigencias de los mercados internacionales.

Lo primero, en el mediano plazo por demorado que pueda ser, debemos estar evolucionando a país libre de aftosa sin vacunación, y seguramente no será todo el país, dadas las problemáticas con el vecino país de Venezuela. De allí la importancia de la zonificación sanitaria que hizo ICA en 2020. La costa Caribe será la primera llamada a serlo, más si estamos pensando en el mercado de Estados Unidos y las altas exigencias sanitarias que impone.

Lo segundo, la trazabilidad e identificación animal, que en mil y un escritos he consignado que ya casi, que ya falta poco, que no se demora; y efectivamente está listo; pero los ajustes de los tomadores de decisiones de las entidades públicas correspondientes, de los policy-makers no llega. Y eso le puede costar al país la demora en la apertura de buena cantidad de destinos comerciales. En la jugada por favor.

Lo tercero, el adecuado entorno político para realizar inversiones, bien por cuenta de los productores e industriales como tal, así como de inversionistas extranjeros en el sector. Sin duda no podrá aprovecharse el sector si la institucionalidad se resquebraja o si se habla de expropiación. La estabilidad política y económica es fundamental para el futuro de nuestro sector como el de todos los demás.

Lo cuarto, a propósito de la COP26, la adaptación al cambio climático y la contribución a su mejoramiento sin desatender la eficiencia productiva. Y aquí es elemental el texto que sigue: sistemas silvopastoriles, agroforestales, ya comprobados; pero para lo que también son necesarias políticas públicas efectivas con el fin para abaratar y masificar.

Muchos entre 2010 y 2018, quisieron ver al sector ganadero arruinado, pero aquí seguimos, más fuertes con más oportunidades y aprovechamientos. Si vamos dos pasos adelante nadie nos para.

@ojcubillosp