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columna

Desde hoy mismo nos declaramos en oposición al régimen que se implantará el próximo 7 de agosto

por: María Fernanda Cabal- 31 de Diciembre 1969

A partir de hoy no pasará un solo día en que no le recordemos a cada colombiano y a la comunidad internacional que el régimen que se implantará el próximo 7 de agosto en Colombia es hijo de la Internacional Progresista.

A partir de hoy no pasará un solo día en que no le recordemos a cada colombiano y a la comunidad internacional que el régimen que se implantará el próximo 7 de agosto en Colombia es hijo de la Internacional Progresista.

Chile y Colombia eran los dos bastiones, los dos muros de contención contra el Socialismo del siglo XXI. Sin embargo, nuestro país se disfrazó de progresismo que no es otra cosa que comunismo puro y duro tomándose Latinoamérica.

Chile lamenta haber caído en el populismo

Hoy cayó Colombia porque se demostró que el país, después de las elecciones, es diferente por la paradoja que la democracia pueda acabar con ella misma para llevarnos a la instalación de un régimen socialista.

Medio país dijo en las urnas que no está de acuerdo con las propuestas y promesas populistas de Petro y ese medio país necesita y tiene derecho a ser escuchado, además del 48 % del país abstencionista.

No es momento para la claudicación

Por ello, desde hoy mismo nos declaramos en oposición. Desde hoy mismo convocaré a mis conciudadanos para convertirnos en celosos defensores de la libertad, de pensar distinto, de expresarnos, de emprender, de generar riqueza, de libertad de tener, de progresar, de construir futuro.

Debemos prepararnos para enfrentarla con el tesón que demanda la defensa de nuestros principios y valores. Por eso mismo, no es momento para el conformismo ni tampoco para la desesperanza.

No es momento para la claudicación porque encontraremos en la ayuda de Dios y en la fortaleza de nuestras convicciones el optimismo necesario y la voluntad firme para ser oír nuestras voces, neutralizar las locuras audaces que afecten la economía de mercado, que afecten la iniciativa privada y el futuro de Colombia y para preservar la libertad y el orden, que son el símbolo de nuestra democracia.