La crisis lechera sigue, el hecho que este asunto ahora se escuche menos en los medios de comunicación no significa que haya mejorado. De hecho, los precios pagados al productor siguen a la baja.
La realidad es que el clima favoreció la producción en el tercer trimestre del año, con un incremento de 8%, como lo indicó el DANE la semana anterior. Pero más leche es menor precio al ganadero, y más crítico es en un escenario en donde la demanda no se reactiva por cuenta de que los precios al consumidor nunca bajaron. Ese es el primer reto para 2025, que el consumo se reactive, sabiendo que del casi 18% que cayó el precio al productor, ni un solo peso a la baja se trasladó al consumidor: señores comercio e industria.
La política pública no puede estar a la espera que el verano siempre componga la crisis, y si bien el clima se ha normalizado con un noviembre lluvioso como es típico, también ya empieza a dar las primeras entradas del clima seco propio de fines de año y que permanecería hasta los primeros días de marzo.
Sin embargo, también el año iniciará con la posibilidad de importar un cupo de 18.987 toneladas de leche en polvo con arancel cero por ciento desde EEUU, esto en el último año antes de que llegue el libre comercio en enero de 2026. A propósito, el extra-arancel de 4,86% que otorgó MinComercio como medida provisional por los más de US$1200 millones de dólares en subsidios que EEUU dio a sus productores, termina a mediados de enero, justo cuando de nuevo el arancel es cero.
Ese será entonces un segundo y urgente desafío, el que MinComercio determine la medida compensatoria definitiva para el sector lechero colombiano, sabiendo que el TLC con EEUU arrancó el 15 de mayo de 2012 y que desde entonces los subsidios no son US$1200 millones, sino mucho más. ¿Cuándo tendremos noticias sobre el asunto?, más en un escenario en donde el mismo presidente Petro ha manifestado, de nuevo, pero tardíamente pues fue promesa de campaña, la renegociación de los TLC ¿cómo va el sector lechero en tal propuesta?
Y hablando de medidas y sanciones, un tercer desafío propio a la institucionalidad será el de terminar las investigaciones y tomar medidas frente a las empresas que vienen mezclando lactosueros con leche en un franco engaño al consumidor. Pero, además, y en el marco de establecer medidas de largo plazo, los policy makers deberán trabajar en conjunto con la cadena de valor en el establecimiento de una política lechera de costos de producción, una política de pulverización para aprovechar nuestra estacionalidad y disminuir importaciones, así como en una política de exportación lechera, esos serán el cuarto, quinto y sexto desafíos respectivamente.
Pero como la política va más despacio que el mercado, hay que ponerle mucho cuidado a la visita de FSIS en el próximo enero de cara a la apertura de la admisibilidad de carne colombiana en EEUU, pues allí se tendrían elementos de ajustes hacia el mercado de la leche. El tema es que lograr este acceso también depende de la institucionalidad y la política que generalmente no van al ritmo que todos quisiéramos.