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columna

¿Dejaremos que Petro levante un muro entre Colombia e Israel?

por: Eduardo Mackenzie- 31 de Diciembre 1969

*“He decidido llamar a consulta a nuestra embajadora en Israel. Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino no podemos estar allá”*. El presidente Gustavo Petro persiste en su tarea de sacar a Colombia de la esfera de los países civilizados para reforzar el campo de las dictaduras tanto marxistas como islamistas.

La respuesta de Israel a Petro fue pedirle tres cosas: que condene las acciones terroristas de Hamás, que “apoye el derecho de un país democrático a proteger a sus ciudadanos” y que “exija la liberación inmediata de todos los secuestrados”. Le recordó, además, que “también hay colombianos dentro de las víctimas del ataque terrorista perpetrado por Hamás”. Francisco Palmieri, el embajador de Estados Unidos en Colombia, le aconsejó por su parte a Petro “mantener el apoyo internacional con Israel, que ha sufrido el ataque más grande que ha sufrido el pueblo judío desde el Holocausto”.

Lamentablemente, esos pedidos no han sido bien recibidos en la Casa de Nariño. Petro adoptó la línea de Hamás y quiere que olvidemos qué hizo Hamás el pasado 7 de octubre. La docilidad de Petro ante Hamás tendrá graves consecuencias para Colombia. Petro imita a los gobiernos extremistas de Venezuela, Bolivia y Chile y se cree en la obligación de utilizar a Colombia como un martillo antisemita más del Foro de Sao Paulo. ¿La comisión de Relaciones Exteriores de Colombia nada tiene que decir al respecto? ¿El Senado y la Cámara de Representantes nada tienen que decir sobre esas aberrantes decisiones? ¿De qué sirve el triunfo electoral del domingo pasado de los partidos moderados si éstos no pueden impedir que Petro cometa tales fechorías disfrazadas de postura moral?

El anuncio de antier de Petro está basado en una gran mentira. El trata de hacernos creer que Israel está “masacrando” al pueblo palestino. Petro enreda todo para manipular a quien quiera oírlo. Es cierto, su maestro, el presidente de Brasil, Lula da Silva, dijo algo peor sin inmutarse: “¿Sólo porque Hamás cometió un ataque terrorista contra Israel no significa que Israel tenga que matar a millones de inocentes?”. ¿Lo del 7 de octubre fue “sólo un ataque terrorista”? ¿Israel está “matando a millones de inocentes”? El odio antijudío salta a la vista del lector.

Aunque una amplia fracción de Gaza aplaude las operaciones criminales de Hamas, Israel no está en guerra contra el pueblo palestino. Está en guerra contra Hamás, un ejército terrorista que tiene un solo objetivo: destruir a Israel, borrarlo del mapa “desde el mar hasta el río”, como dicen sus propagandistas. Israel había salido de Gaza en 2005 pero el ataque del 7 de octubre lo obliga a volver y todo eso podría terminar en la partición en tres pedazos de esa franja.

Un segundo frente de guerra contra Occidente

Hamás no es el gobierno palestino. En 2007, Hamás expulsó de la franja de Gaza, con gran violencia, a la Autoridad Nacional Palestina (ex Al Fatah) pues ésta promete la creación de un Estado palestino, aunque no islamista, a diferencia de Hamás. Mahmoud Abbas, presidente de la ANP, gobierna el ente autónomo de Cisjordania, de perfiles cuasi estatales, y se dice partidario de llegar a una solución pacífica de dos Estados con Israel. Pero Abbas detesta tanto a Israel como Hamás. Un mes antes del 7 de octubre, Abbas repitió la serie de “falsedades antisemitas que durante años él ha pronunciado, incluyendo la de que el dictador nazi Adolf Hitler hizo masacrar a los judíos debido a su ‘papel social’ como prestamistas, no debido a su odio racista hacia los judíos”, recordó Bassam Tawil, un intelectual árabe musulmán en la revista del Gatestone Institute (1). Abbas permite en estos momentos que los partidarios de Hamas marchen por las calles de Ramallah, Nablusa, Jenín y otras ciudades de Cisjordania.

Fundado en 1987 por la Fraternidad Musulmana de Egipto, y reacio a toda negociación, Hamás cometió numerosos atentados antisraelíes con bombas en autobuses, lo que le valió ser definido como grupo terrorista por los países democráticos. Dos de sus fundadores, Ahmed Yasín y Abdel Aziz ar-Rantisi, perecieron en ataques israelíes de 2004.

Esta vez, sin motivo alguno, excepto la decisión de Irán de abrir un segundo frente de guerra contra Occidente y Estados Unidos (Teherán saludó la masacre de Hamás del 7 de octubre), Hamás atacó a Israel por aire, mar y tierra, el pasado 7 de octubre. Lanzó centenas de cohetes y asesinó de manera bestial, en ocho horas, a 1.500 personas, y dejó más de 5.000 heridos, civiles la gran mayoría. Los agresores invadieron varios kibutz y desataron una cacería humana como no se había visto en este siglo. No respetaron nada. Dispararon contra los habitantes, incendiaron casas, decapitaron ancianos, jóvenes, mujeres y niños. Violaron a las mujeres. Un bebé fue tirado vivo al hornillo de su hogar. El rescatador que lo encontró allí testificó que un pedazo del horno quedó adherido al cuerpo calcinado del bebé.

Así fue el infame ataque terrorista del 7 de octubre que algunos quieren minimizar. En verdad, fue el más vasto y cruel sufrido por el pueblo judío desde el fin del genocidio nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en algunos campus norteamericanos, los islamistas retiran a la fuerza las fotos de los niños asesinados o desaparecidos por Hamas.

Los terroristas filmaron su abyecta y cobarde matanza y distribuyeron enseguida esas imágenes abominables a las familias de éstos y se llevaron 240 rehenes a sus escondrijos subterráneos en Gaza para utilizarlos como escudos humanos y organizar su propia impunidad. En realidad, nadie sabe si se trata de secuestrados o de desaparecidos. En todo caso, los medios y algunos diplomáticos occidentales le exigen a Israel que cese el fuego, lo que equivale a abandonar a las víctimas. Le piden lo imposible: que se defienda de Hamás sin hacer víctimas. Un jefe de Hamás, Ghazi Hamad, amenazó desde Qatar, que ellos realizarán tres y cuatro nuevos ataques como el del 7 de octubre. Pese a ello, en las grandes capitales europeas y en algunas de Estados Unidos, hay manifestantes que piden el cese de los combates contra Hamas.

¿Esa insensibilidad ante el destino de Israel de dónde viene? Melanie Phillips, una periodista y ensayista británica, estima que la inconsciencia en Occidente “es consecuencia de décadas de apoyo a la causa palestina”. “Este apoyo es la narrativa por defecto de las clases 'progresistas' en todo Occidente”, añade. En ese apoyo hay culpa “anticolonial pero también antisemitismo” y, sobre todo, décadas de errores de diagnóstico políticos y diplomáticos (3).

Hamás tiene todavía en su poder a israelíes secuestrados tras su pogrom del 7 de octubre. Israel ejerce su derecho a defender a su población. Tiene el deber de entrar a Gaza para destruir a fondo la estructura militar y política de Hamás y liberar a los rehenes. Liberar a Gaza de Hamás será también liberar de la opresión al pueblo palestino. Mientras exista Hamás no habrá paz en Israel ni en Medio Oriente. Pedir el cese al fuego a Israel es, por el contrario, ayudar al éxito de la segunda parte del crimen del 7 de octubre: la de paralizar a Israel con argumentos humanitarios.

¿Es el comienzo de la tercera guerra mundial?

Es cierto, la guerra entre Hamás e Israel está causando muertes entre los civiles de Gaza. Un vocero de la ONU dijo que “la gente está cada vez más desesperada, mientras busca comida, agua y refugio” y agrega, en el tono de Hamas, que “la implacable campaña de bombardeos israelíes está aniquilando a familias y barrios enteros”. Lo que no dice es que una cosa es asesinar de manera bárbara civiles indefensos y otra bombardear las rampas de cohetes y las instalaciones de un organismo militarizado. La ley internacional de la guerra hace esa distinción.

Lo que no dicen los islamistas es que la red de subterráneos que han construido en Gaza es para ellos, para Hamás, pero no para proteger a la población palestina. Ocultan el hecho de que el retiro de Israel de Gaza en 2005 —lo que habría podido favorecer la emergencia de una sociedad democrática—, fue utilizado por Hamás para instaurar una dictadura. Callan otro detalle: que, desde otro ángulo, “la seguridad y la presencia civil de Israel en Cisjordania está impidiendo que Hamás, o grupos como Al Qaeda o ISIS, tomen el control de la zona” (2).

Hamás utiliza el pueblo palestino como escudo. El cuartel bombardeado para eliminar a Ibrahim Biari, uno de los que diseñó la masacre del 7 de octubre, estaba en medio de un campo de refugiados. Antes de que las tropas terrestres entraran a Gaza, Israel pidió a los civiles que se desplazaran hacia el sur de la franja. Miles de personas se refugiaron en ese sector a pesar de los obstáculos puestos por Hamás. Egipto no acepta que la población de Gaza entre a su territorio.

¿La invasión de Rusia a Ucrania, el 24 de febrero de 2022, y ahora el ataque a Israel, y el dramático aumento de actos antisemitas en Europa y Estados Unidos, indica que estamos en el comienzo de la tercera guerra mundial con los detestables componentes antisemitas de la segunda? En las últimas semanas, fuerzas navales estadounidenses acudieron a la región para disuadir a Irán de sumarse a la agresión directa contra Israel. Enseguida, Estados Unidos y sus aliados con bases en Irak y Siria fueron blanco de docenas de ataques con drones y cohetes. Washington acusa a Teherán de estar involucrado en esos ataques. Hace unos días, Irán indicó que esos actos son “una reacción” por la asistencia brindada por Estados Unidos a Israel en “su guerra lanzada el 7 de octubre contra Hamás”. Este miércoles, el ayatolá Ali Khamenei pidió a Washington “dejar de apoyar” a Israel e invitó a los países musulmanes a poner fin a sus relaciones comerciales con Israel. “Los gobiernos musulmanes deben bloquear las exportaciones de petróleo y alimentos al régimen sionista y no cooperar económicamente” con Israel, declaró.

La simultaneidad de la decisión de Gustavo Petro de retirar la embajadora de Colombia en Israel con las directivas de Teherán es inquietante. ¿Colombia tiene un presidente que obra con criterios nacionales o alguien que obedece a instrucciones de una dictadura islamista?

(1) https://www.gatestoneinstitute.org/20120/two-state-solution (2) Ibid; (3) Citado por Yves Mamou en su artículo Gaza : l’Occident contre les Juifs en https://www.dreuz.info/2023/11/gaza-loccident-contre-les-juifs 287834.html/