Aunque faltan cerca de dos meses para que inicien las discusiones formales de concertación del salario mínimo, el panorama actual pareciera ofrecer más condiciones para cerrar una negociación en donde empresarios, sindicatos y gobierno queden satisfechos. ¿por qué?
El factor que hoy genera menor incertidumbre es el del mejor control inflacionario, ya habiendo superado los factores mundiales que dispararon los precios desde 2021 y hasta mediados de 2023. En el orden interno la inflación podría estar alrededor de 5,5% cifra desde donde empiezan todos los pronósticos, proyecciones y propuestas de las partes interesadas.
Hoy el salario mínimo mensual es de $1.300.000, por lo que casi será posible que los sindicatos soliciten un incremento de 15,4% es decir un reajuste hasta $1.500.000; pero luego de días de pensar y pensar volverían a proponer, esta vez a la baja, hasta 11,5% para que el salario de 2025 fuese de $1.450.000.
En el caso de los empresarios seguramente su propuesta arranque con un incremento de 6,0%, es decir medio punto real por encima de la inflación 2024, argumentando el bajo ritmo de mejora en la productividad que se tradujo en un año de muy poco crecimiento económico, incluso tocando las puertas de la recesión y estando tácitamente en un estancamiento en la primera parte del año.
La realidad es que en el primer ajuste del salario mínimo (2023) el gobierno actual lo incrementó en 16% con una inflación que terminó en 10,5% en 2022; mientras que para el salario de 2024 el incremento fue de 12,1% con un alza de precios para 2023 de 9,3%. Claro, hay que ver las notables diferencias en el Índice de Precios al Consumidor de lo que fue el año 2022 frente a lo que será en 2024; el doble de pérdida de poder adquisitivo entre el primer año y el actual.
Muy seguramente la propuesta gubernamental se diriga al $1.410.000, es decir un incremento de 8,5% para 2025 y tres puntos porcentuales de mejora real en el poder adquisitivo de las familias, que en términos monetarios estaría 32 mil pesos por encima de la propuesta empresarial, aunque 40 mil por debajo de la de los sindicatos. Desafortunadamente, aunque en porcentaje pueda parecer una variación alta, en términos de moneda las diferencias entre todas las posible propuestas son tan solo de $2.400 diarios.
Sin embargo, faltaría un componente esencial para quienes consideran el ajuste no debe estar por encima del 7,5%, y es que las tasas de interés bajen. Si el Banco de la República continua con su timidez y/o prudencia bajo una política monetaria de contracción, que no contribuye a una adecuada reactivación económica, el Gobierno Nacional se inclinaría por hacer un mayor reajuste en el salario mínimo para 2025.
La pregunta que queda sobre la mesa es qué tanto influirá la aprobación de le nueva reforma laboral en la negociación para 2025.