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Creo que 'Semana' se equivoca con la primera vuelta de Rodolfo y Petro

Por Carlos Alonso Lucio - 13 de Diciembre 2021

Aunque Hernández es el fenómeno electoral del momento, está cocinándose un nuevo polo de referencia electoral sumamente fuerte que estremecería el tablero político.

Aunque Hernández es el fenómeno electoral del momento, está cocinándose un nuevo polo de referencia electoral sumamente fuerte que estremecería el tablero político.

Muy interesante la encuesta del Centro Nacional de Consultoría que publica Semana. Sin lugar a dudas, su carátula recoge lo que ya todos aceptan como el fenómeno electoral del momento: El despegue de Rodolfo Hernández como segundo en el podio, escapado con holgura del voluminoso pelotón de candidatos pequeños que se metieron a la carrera para jugar el juego de las consultas por coaliciones.

Y llama la atención, sobremanera, en la medida en que Rodolfo Hernández es el único que aparece por fuera de las maquinarias políticas y por fuera de las consultas, a las que ha señalado como una trampa al elector y como una jugada para meterle la mano a los dineros públicos vía reposición de los votos en una especie de semivuelta presidencial irreglamentaria.

En la encuesta aparecen Petro, con el 25,4 %, Rodolfo con el 11 %, Fajardo con el 7,3 %, Óscar Iván con el 6,4 %, Alex Char con el 4,5 %, Galán con el 3,9 %, Fico Gutiérrez con el 3,3 % y Alejandro Gaviria con el 2,3 %. Luego la ventaja que les está tomando Rodolfo es amplia y significativa, sobre todo si se tiene en cuenta que los fenómenos electorales, cuando lo son de verdad, son exactamente eso: fenómenos.

Los candidatos que se convierten en fenómenos electorales terminan comportándose como verdaderos bólidos que, de un momento a otro, sorprenden a todo el mundo y terminan ganando ante la mirada pasmada del resto.

Como experiencia colombiana, recuerdo el fenómeno Uribe en 2002. En diciembre de 2001, todas las encuestas daban por ganador sobrado a Horacio Serpa y entre la última de enero y la primera de febrero siguientes Uribe lo superó. Con tal velocidad, que Uribe terminó ganándole a Serpa en la primera vuelta. Por estas mismas alturas de 2001, nadie se lo hubiera creído.

No obstante, el panorama actual tiende a presagiar algo muy diferente. Y es allí donde discrepo con Semana cuando plantea la posibilidad de que la segunda vuelta pueda llegar a darse entre Rodolfo Hernández y Gustavo Petro, por el hecho de aparecer, ellos dos, como los primeros en la encuesta.

Lo que nos enseña la experiencia es que cuando ocurre un fenómeno electoral suelen coincidir dos hechos. Por un lado, un pequeño que se convierte en un grande; ese es quien encarna el fenómeno. Y por el otro, un grande que se convierte en pequeño; es decir que el antiguo grande se desinfla por completo, tal como ocurrió con Serpa.

Razón por la cual no me sorprendería que entre la última de enero y la primera de febrero Rodolfo pueda estar superando a Petro en las encuestas.

En dado caso, la desinflada de Petro sería inminente, por la sencilla razón de que el crecimiento de Rodolfo se da a costa de Petro.

No hay que olvidar que Rodolfo está creciendo entre esa inmensa población que se cansó de la humillación que significan la corrupción y la injusticia social y que decidió pasarle la abultada cuenta de cobro a los políticos y a las élites tradicionales. Pero es la misma gente que sabe que su anhelo de cambio no puede convertirse en un suicidio y que su rabia y su dolor justos no pueden ser abusados como el señuelo de nadie que quiera llevarlos, como embrujados, a padecer las tragedias de Venezuela y de Nicaragua.

Sin embargo, lo que nadie puede negar es que la contienda está comenzando a moverse con más dinamismo y que se avistan remezones que pueden llegar a ponerla como para alquilar balcón. Como mínimo, los movimientos últimos dan para que se despierte ese divertido oficio de la política que consiste en especular hipótesis sobre lo divino y lo humano, sobre lo que pueda pasar o sobre lo que definitivamente nos sorprenda si pasa.

Por lo pronto, me atrevo a sumarle un tanto a la hipotetología nacional.

Tengo entendido que la próxima semana se reunirán Germán Vargas Lleras y César Gaviria. Dos jefes duros y curtidos de las lides políticas colombianas. Lo que hagan tendrá una incidencia muy grande.

¿Qué pasaría en el caso de que decidieran el apoyo de Cambio Radical y del Partido Liberal a Alex Char?

Eso estremecería el tablero por completo. Pero se habla mucho de las diferencias entre los Char y Vargas Lleras.

—No sé, puede ser cierto —me dijo un importante dirigente político— pero eso se puede manejar con profesionalismo.

Si la cosa va por allí, surgiría un nuevo polo de referencia electoral sumamente fuerte. La coalición Equipo Colombia quedaría, entonces, así.

Si suman los votos al Senado del Centro Democrático más los de Cambio Radical más los del Partido Liberal más los del Partido Conservador más los del Partido U, llegan a un total de más de 10 millones de votos, sin contar los que aportan dirigentes importantes como Enrique Peñalosa, Fico Gutiérrez y Juan Carlos Echeverry.

Si Vargas Lleras, Gaviria y Dilian apoyan a Alex Char, sencillamente gana la consulta y queda siendo el candidato más fuerte de la contienda electoral. Un candidato costeño, carismático y de fácil comunicación con la gente, con unos resultados indiscutibles de su transformación de Barranquilla y con una coalición que pone más de 10 millones de votos.

Sin lugar a dudas, es un candidato que va fijo a la segunda vuelta.

Hipótesis: Si las cosas se dan de esta manera, tanto con Rodolfo como con Char, lo más probable es que la segunda vuelta no sea entre Rodolfo y Petro, como lo plantea Semana, sino entre Rodolfo y Char.

Claro, reconozco que la hipotetología da para todo. Y de eso se trata. De otra manera no sería, tan siquiera, divertida.

Por eso digo que esto se puede poner como de alquilar balcón.