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columna

Copiar y pegar

por: Oscar Cubillos Pedraza- 31 de Diciembre 1969

Ya terminando el año casi me resulta una acción de copiar y pegar este articulo sobre uno similar de un año atrás, al hablar de los imperativos para el sector ganadero que debían cumplirse en 2019 y que desafortunadamente no se alcanzaron, quedando ahora como objetivo para 2020.

Lo primero es el tema del estatus sanitario, suspendido desde octubre de 2018 y que debió recuperarse en 2019. Es menester alcanzarlo de nuevo pues la falta de exportaciones ha deprimido el precio pagado al productor, sin que aún se llegue a un nivel relativamente cercano del que se traía hasta antes de la presencia de los brotes de aftosa.

Esperemos que una de las primeras buenas noticias del nuevo año sea la reactivación del estatus, así como de los mercados que cerraron por la pérdida del mismo.

Sin embargo, es preciso tener en cuenta que el contrabando de animales en pie y carne desde Venezuela seguirá siendo una amenaza sanitaria para el país, lo que obliga al avance en medidas de control eficaz. ¿Cuáles? Por supuesto lo relacionado con la identificación y trazabilidad animal, así como lo concerniente a guías de movilización.

En 2019 continuó el dolor de cabeza para el sector ganadero al no tener una herramienta moderna y suficiente que identifique al total del hato bovino, que actuara con contundencia frente al contrabando, el abigeato y el sacrificio clandestino. Además, no se debe olvidar que uno de los requisitos para acceder al mercado chino es contar con un sistema adecuado de trazabilidad e identificación animal.

Pero, además, y en pleno siglo XXI, las guías de movilización deben ser electrónicas, virtuales, en tiempo real y expedidas para que cualquier autoridad verifique su autenticidad de forma inmediata.

Ahora bien, la otra parte de la consolidación del sector cárnico está en que la acción comercial internacional y la diplomacia sanitaria sea más entusiasta y promueva con efectividad la carne colombiana. Por supuesto para una efectiva promoción debemos cumplir con nuestros compromisos sanitarios internos. Pero lo que no debe pasar es que asistamos con timidez a ferias y eventos internacionales. Es decir, es preciso invertir los adecuados recursos.

Desafortunadamente el año termina con menos de 19 mil toneladas de carne exportadas, un poco menos que el registro de 2018, a sabiendas que el potencial de exportación, con un hato de cerca de 28 millones de animales, es de 170 mil toneladas. Aprovechar tal oportunidad debe ser el objetivo fundamental en 2020.

Lo que no debería ocurrir es que, dentro de un año, de nuevo estuviera escribiendo sobre la misma situación y deseando que en 2021 sí se cumplan.

Garantizando los fundamentales, el sector ganadero y su cadena cárnica podrían empezar a llegar muy lejos desde 2020. Espero que no solo se quede en un buen deseo para el nuevo año.