Primero revisemos leche y derivados lácteos. Aquí hay que recordar que en el mes de enero diferentes empresas impulsaron promociones y descuentos en leche líquida con el ánimo de disminuir sus inventarios e impulsar el consumo que viene decaído desde finales de 2021. Aun así, el IPC de leche para enero de 2024 fue de 0,6%, el segundo más alto desde abril de 2023 cuando fue de 1,1%.
Dar un juicio de si es alto o bajo termina siendo un relativismo, la realidad es que entre mayo y diciembre de 2023 el IPC promedio mensual de leche fue de 0,15%. Sin embargo, la relativa alza no solo debería atribuirse a “El Niño”, sino al inicio del ajuste de los costes laborales dado el incremento salarial con el que inicia 2024.
En el caso de los quesos la tendencia puede ser semejante a la de la leche, pero el incremento mensual es evidentemente mayor. Para enero de 2024 el IPC de quesos fue de 1,9% el segundo más alto desde febrero de 2023, registrándose un promedio mensual de 0,09% en el IPC de quesos entre marzo y diciembre de 2023.
El resto de los derivados lácteos registró un alza en el IPC de 1,42% para enero, el segundo más alto desde enero de 2023 cuando aún se presentaba el fenómeno de “La Niña”.
En el caso de las tres carnes, la que menos registró alza, de acuerdo con el correspondiente IPC, fue la carne de res con un incremento de 0,4%, seguida por la de cerdo con una subida de 0,7% y la de pollo con 1,2%. Pero en definitiva lo que más contribuyó al bolsillo de los consumidores, en lo relacionado con proteína animal, fue el pescado que presentó un alza de precios para el mes enero de 0,07%, y el huevo con una baja de 4,5% en su precio de acuerdo con su IPC. El huevo, en una economía desacelerada resulta ser de lo más accesible, por lo que la baja en su precio termina siendo muy favorable en un entorno inflacionario, que, si bien viene disminuyendo, aun castiga el poder adquisitivo de las familias.
Hacia adelante, y frente a la variable verano habrá que ver hasta cuándo irá y cuál será la intensidad de “El Niño, que con un par de semanas lluviosas parecía reducir su intensidad al menos en la región Andina. Al contrario, ha regresado más fuerte y sigue castigando a las regiones Andina y Caribe especialmente.
La realidad será que, con un verano acumulado desde finales de diciembre, a pesar de dos semanas lluviosas, ya seguramente en el IPC de febrero se reflejarán incrementos más sensible al bolsillo de los consumidores, pero adicional a eso habrá que estar muy atentos a que no haya especulación.