Después del “día de liberación” de Trump han venido diferentes distorsiones sobre los aranceles que fijó EE. UU. a más de sesenta países. Para China, mayores tarifas y medidas de retaliación ante la reciprocidad en el arancel que manifestó el país asiático imponiendo medidas similares a EE. UU. Para otros países, disminución en el arancel, ante el despliegue de sus respectivos cuerpos diplomáticos realizando negociaciones comerciales en este y otros aspectos; y para otros, aplazamientos en estas medidas.
En el caso de Colombia, la estrategia por ahora es de permanecer atento y poder lograr algún tipo de negociación en el ámbito diplomático, relacionando este y otros aspectos en los intereses del gobierno de EE. UU. En otras palabras, el asunto no es exclusivamente comercial. De hecho, en un hipotético mundo de comercio justo, Colombia podría tomar medidas recíprocas y colocar un arancel idéntico del 10% a todo lo importado desde EE. UU. al estilo chino; pero esta reacción sería de poco agrado para el país norteamericano lo que llevaría a un escenario en donde en cuestión de minutos nuestro país ya no tendría una tarifa del 10%, sino del 20%, 30%, 100%, en fin.
Eso deja claro que no vivimos en un mundo con comercio justo, de hecho, ha sido marginal lo que la OMC ha expresado sobre este asunto de orden mundial. La realidad es que para que EE. UU. empiece a pensar en reducirle esa tarifa del 10% a Colombia deberán pasar cosas que satisfagan los intereses del país del norte. De allí que una de las primeras cosas que ha puesto EE. UU. sobre la mesa es que Colombia elimine la exigencia de la normativa ONU en materia de seguridad automotriz sobre los vehículos estadounidenses importados. Al respecto, la intención de Colombia es la de aplazar la entrada en vigor de tal norma, establecida para el próximo 2 de mayo, con el ánimo de no entrar en conflicto con EE. UU.
Ahora bien, ¿qué otros temas son de interés para EE. UU.? En el orden comercial, y como lo había expresado ya hace unas semanas, el tema de la investigación que realiza MinComercio por la entrega de subsidios del gobierno estadounidense a su sector lechero también les será estratégico; pensando en evitar una nueva sanción como el sobre-arancel que les aplicó la autoridad colombiana entre septiembre de 2024 y enero de 2025. Sería lamentable para el sector lechero colombiano que está investigación se engavetará por cuenta de la presión comercial de EE. UU.
Además, entrarán en la agenda la certificación, o desertificación, frente a la lucha antidrogas, y como lo ha dicho el embajador de EE. UU. en Colombia, eso dependerá del buen comportamiento y resultados del país de aquí a septiembre de 2025. A esto también podrán sumarse exigencias en política migratoria, accediendo a recibir deportados desde Estados Unidos, para generar una influencia positiva sobre las decisiones arancelarias. Mantener o ampliar esta cooperación podría ser un factor en las negociaciones.