La demanda en el mercado mundial de la carne ha experimentado un crecimiento interesante, especialmente en Asia y el mercado Norte Americano. En este fenómeno podemos ver una contradicción con la ola de preocupación global sobre el impacto de la producción de carnes en relación con el medio ambiente. Preocupación latente en especial para los mercados desarrollados de occidente.

Sin embargo, el impacto de estas presiones ha sido absorbido en el corto plazo por el efecto de la fiebre porcina africana en China, fenómeno que ocurre en todo el sur este asiático. La magnitud de esta enfermedad está cambiando el escenario global de las carnes viéndose reflejado en producción, y por ende en la demanda por importaciones, consumo y precios.

Durante los últimos 6 a 7 años, la fortaleza relativa de la demanda china por las distintas carnes, ha sido una influencia definitiva en el comercio internacional, sobre los precios de las distintas carnes y para muchas de las commodities. Específicamente esto se ha sentido y se seguirá sintiendo durante este 2019 y gran parte del 2020 por el impacto dramático que tiene la producción de cerdo debido a la Fiebre porcina africana. Este problema fue detectado en China desde mediados de 2018.

El consumo de carne de Cerdo en China esperado para este 2019 esta en 55 millones de toneladas. Esta proyección de la demanda está por encima de la oferta pues luego de la aparición de la mencionada enfermedad se espera que la producción esté cerca a los 40 millones de toneladas.

Esta disminución en la producción de carne de cerdo en China, ocasionará un incremento en el precio internacional no solo en la carne de cerdo, sino incrementos en la demanda de carne bovina y carne ovina, así como factor para el crecimiento del sector avícola en china.

Este incremento en la demanda, generada por la importación de productos cárnicos en China para todas las carnes, será el principal jalonador para que, en el 2019, el comercio internacional de todas las carnes suba aproximadamente un 6%.

Humildemente, consideramos que, con lo expuesto en esta nota, es el momento ideal para concretar la labor de diplomacia sanitaria que Fedegán y Procolombia iniciaron en 2012 para abrir el mercado chino para la carne de cerdo y carne bovina colombiana, y que el ICA y el INVIMA deben auspiciar.

No hay que ser Darwin para comprender que el consumo de carne ha contribuido a la evolución de la inteligencia humana y el tamaño del cerebro en la humanidad.

Se ha impuesto una tesis que asocia a los coeficientes de inteligencia con la ingesta de proteínas cárnicas. Los chinos lo tienen claro en sus programas de expansión y crecimiento.

Estas elementales observaciones, no se pueden escapar a una sabiduría milenaria y a la experiencia mercantil de un pueblo paciente con sentido de oportunidad para consolidarse como la potencia que hoy crece en forma descomunal.