CABAL es un fenómeno político que representa la tabla de salvación para el buen destino de Colombia, en esta espantosa crisis, quizá, la más grave de toda su historia.
Muchas son las entrevistas que le escuché y escucho, a María Fernanda Cabal, como también las de Petro, que, en la mayoría de las veces, me recuerdan a los niños memoristas, que siguen al pie de la letra el libreto teatral impuesto por su maestro espiritual, en este caso, el alma del pajarito Hugo Chávez, y Juan Manuel Santos, que siempre actúa detrás de bambalinas, y, que está a punto de ser beatificado por el Papa Francisco, que baila en la misma cuerda como comunista que es. Todos estos mamertos, se sienten protegidos, por las bendiciones impartidas con la mano izquierda, de quien gobierna el mundo.
La aspirante presidencial Cabal, desde que escuché sus intervenciones en el Congreso de la República, la sentí genuina, convencida, coherente, realista, viable, además sencillamente elegante. En ella, el pensamiento se identifica con el sentimiento, y el propósito, con el deber de hacer y de cumplir honestamente lo que plantea.
En Petro, veo la retórica del lavado cerebral, que machaca, esclaviza, sobre los temas, coercitivamente, combinando la amenaza sádica, con el despropósito y el populismo.
En la entrevista profunda y concreta que le hizo el Presidente de la SAC, Jorge Henrique Bedoya, sobre el campo colombiano, Cabal, le dio la vuelta a su entrevista, para convertirla en una catedra magistral, precisa, enriquecedora de la historia del agro, fortalecida con ejemplos en la que entraba con audacia y salía de los mismos, citando modelos vivos de procesos de avance, que han tenido otras naciones en condiciones inferiores a las nuestras, por no tener las virtudes climáticas, ni territoriales de nuestra amada Colombia.
Me hizo recordar el dominio de los temas de estado, que destacaron a Carlos Lleras Restrepo, con su contundencia y firmeza de verbo, también me recordó a mi gran amigo Luis Carlos Galán, por la didáctica y agradable maestría con que solía hablar y exponer, la que lamentablemente, no heredaron sus hijos, que tomaron rumbos de dudoso espíritu democrático.
Las entrevistas que nos regala María Fernanda Cabal, nos alientan, nos nutren. Nos muestra una panorámica de la historia, fielmente contada, con una coherencia, maravillosa que convence.
Petro, genera sorpresas negativas, que conllevan a la risa, por la hilaridad en la forma y en los contenidos que mal utiliza para el manejo de una nación, que la hace inviables y destructivos. María Fernanda, muestra sus dotes de estadista, con la diferencia, que su posición con relación a las fuerzas militares es incluyente, noble, y no como Petro, que las excluye y las pretende modificar, para debilitar, lo que podría ser para él, un obstáculo para su gobierno dictatorial, y tirano.
Ante tantas abismales diferencias, notorias, a simple vista, el campo colombiano, y su eje central representado en la mujer laboriosa, dedicada, no pueden perder la oportunidad que les brinda Dios, la vida y la democracia, de apoyar el bien que representa María Fernanda, de ahí el convencimiento, que el caso de CABAL, es un fenómeno político, que tiene la bendición del Supremo, y que representa la tabla de salvación para el buen destino de Colombia, en esta espantosa crisis, quizá, la más grave de toda su historia. Con Cabal, hasta el final.
Sengove. Editorial. Punta de Lanza.
Miércoles 10 de noviembre del 2021.